Un novato en San Sebastián: A sus pies, señor McKellen

Querido primo Teo:

De todos los días que llevo aquí este último quizá ha sido el más duro de todos. Todo ha empezado a las siete en punto de la mañana, momento en el que presuntamente ha sonado el despertador, y digo presuntamente porque lo he apagado sin darme cuenta. El caso es que media hora más tarde me levanté corriendo y acto seguido ya estaba con pie y medio en la ducha, dispuesto a estar a las 8:30 haciendo cola en la sala Victoria Eugenia para ver la película australiana “Blessed”. Todos estos días me he ido andando desde el hotel donde estoy alojado hasta la zona del Kursaal, es un paseo agradable a orillas de la ría y que más o menos son unos quince minutos lo que se tarda en llegar yendo a buen ritmo. Pero hoy ya no he podido ir andando para allá, el motivo son unas pedazo de ampollas en los pies que me han salido de andar tanto con estos asquerosos zapatos, y que además me traen muy malos recuerdos de cuando hice mi primer camino de Santiago, así que he recapacitado y hoy ha sido el día de coger el bus.

Era la primera vez que entraba a una sesión de las 9 de la mañana y no sabía exactamente si a esta hora la gente hacía las largas colas que se forman media hora antes de que empiecen las películas que se proyectan por aquí, pero la gente no es tonta y cuando he llegado a las 8:30 a las puertas del cine me he encontrado totalmente solo y con cara de idiota.

No conocía aún la sala Victoria Eugenia y la impresión ha sido fantástica, no he podido evitar acordarme de mi querido y desaparecido Palacio de la Música de Madrid al estar ahí dentro. En cuanto a la película “Blessed” es un relato coral dividido en dos partes, por un lado la de los chavales y sus vidas a lo largo de una noche y por el otro las experiencias y sufrimientos de las respectivas madres durante ese mismo tramo de tiempo. Durante toda la proyección me ha parecido estar viendo una especie de “Crash” a la australiana, con muchos altibajos y momentos repetitivos. Pero parece que por aquí ha gustado mucho, será que la sesión de las 9 de la mañana no me ha sentado bien al cuerpo.

Justo después de ver la película australiana me he ido corriendo a la sala de prensa donde comparecían los artífices de la película española "Yo, también". Ahí estaban Lola Dueñas, un ocurrente Pablo Pineda y los dos directores del film. La verdad es que no les he podido prestar mucha atención ya que la película no he podido verla (y ahora me arrepiento porque parece que ha gustado mucho) y además estaba pendiente de volver a la preciosa sala Victoria Eugenia para asistir a la proyección de “Five minutes of heaven”, dirigida por el alemán Oliver Hirschbiegel (el director de la famosa “El hundimiento”) y que cuenta el encuentro entre el hermano de una víctima por asesinato treinta años atrás y su verdugo. Es una película extrañísima pero muy bien rodada interpretada por Liam Neeson y un sorprendente James Nesbitt.

Después de haber visto la película y de comentarla con una compañera que he estado viendo casi todos estos días (y que por cierto me recomendó muy entusiasmada "El profeta", otra película para añadir a la lista de las que me he quedado con ganas de ver), me dirigí al hotel para volcar los vídeos que he hecho durante la mañana y que han ocupado toda la memoria de la cámara. Además me he permitido el lujo de descansar un rato en la cama, que por cierto es más grande que la propia habitación de mi casa.

Mi siguiente parada ha sido la esperadísima rueda de prensa del pedazo de actor Sir Ian Mckellen, que como todos ya sabemos es el elegido este año para recibir el premio Donostia como reconocimiento a toda su carrera, tanto teatral como cinematográfica. La sala estaba repleta de periodistas y no he podido hacer una sola foto buena de tanta gente que había allí. La rueda de preguntas ha durado más de lo normal y se ha aproximado a la hora de duración, con Ian Mckellen bastante hablador y simpático que nos ha tenido a todos ensimismados con su potente chorro de voz. Ahí ha repasado toda su carrera y algún que otro periodista le ha preguntado por su actuación en la famosa saga de "El señor de los anillos" como si fuese algo menor en su filmografía y me he alegrado mucho al escuchar al actor contestar que está orgullosísimo de haber interpretado uno de los personajes claves de la literatura británica de los últimos tiempos (tal que así lo ha dicho). Además ha contado todos sus inicios en el oficio, su pasado traumático en la escuela o su actividad en la lucha por la igualdad de los homosexuales.

El siguiente paso fue en la sala Príncipe, donde se proyectaba una de las películas a competición. Ahora era el turno de “La mujer sin piano”, una de las tres películas españolas que optan por la Concha de Oro y que cuenta con Carmen Machi como protagonista absoluta. Desafortunadamente la película ha gustado muy poco y a mitad de la proyección he contado más de veinte personas que se han ido de la sala resoplando. Es obvio que no es una película apta para todos los públicos.

La decepción del día me la he llevado al no haber podido asistir a la entrega del premio Donostia a Ian McKellen (en otros años no hacía falta una invitación para entrar en el acto). El acto ha tenido lugar a las diez de la noche y ha sido su gran amigo José María Pou quien le ha entregado el galardón.