Elisabeth Robinson es productora independiente y
guionista, entre las películas que ha escrito o coescrito se encuentran
Braveheart y Last Orders. Vive en la ciudad de Nueva York y esta es su primera novela.
Olivia Hunt es una productora cinematográfica que vive en
Los Ángeles. Su vida es un continuo ir y venir, lleno de glamour y de estrellas
de Hollywood… en realidad no. Su vida es un poco caótica: el proyecto en el que
está trabajando --una versión cinematográfica de Don Quijote-- no acaba de
arrancar; tiene un ex novio maravilloso del que sigue enamorada y con el que no
puede estar; y una mejor amiga a la que difícilmente ve. Y sin embargo, lo peor
está por llegar. Cuando le comunican que su hermana pequeña Maddie tiene
cáncer, Olivia pasa por todas las etapas. Primero, la productora que hay en
ella quiere solventar todos los problemas con médicos y hospitales. Después, la
mujer insegura no sabe cómo enfrentarse a su entera hermana, que desde su
enfermedad tiene más sentido común que Olivia.
Las increíbles aventuras de las hermanas Hunt está
estructurado en forma epistolar: leemos todo el correo escrito por Olivia,
impaciente ambiciosa y cáustica a ratos: escribe cartas poniendo al día a su
mejor amiga Tina, notas malhumoradas a su ex novio, Michael, cartas preocupadas
a sus padres, memorandos caraduras a los popes de la industria de Hollywood,
urgentes broncas a los médicos de su hermana y entretenimientos alegres a
Maddie. Estas epístolas están repletas de los apartes y de las tonterías de la
vida diaria que pueblan las buenas cartas y los buenos libros, tonterías que
convierten a su protagonista una heroína al mismo tiempo que consiguen que la crónica
de la progresión de la enfermedad de Maddie huya de sentimentalismos y esté
llena de matices. Elisabeth Robinson consigue con ésta, su primera novela, que
caigamos rendidos ante una
protagonista humana, encantadora y adorable todo ello a
través de un estilo espontáneo e hilarante.
«Este es uno de los más divertidos libros sobre Hollywood
que he leído. » ,
Jonathan Franzen, autor de Las
correcciones