Querido Teo:

Hoy os traigo "El apartamento", un título atemporal de ese director al que Fernando Trueba llamó Dios, pero al que también podéis referiros por su nombre de pila que es Billy Wilder. Dueño de una filmografía que ha aguantado el paso del tiempo como pocas, de él es difícil escoger una sola película. Me he decidido por "El apartamento" porque sirve tanto de cocktail de bienvenida para neófitos como de plato fuerte para los conocedores de la obra de Wilder. ¿Quién se atreve a encasillar "El apartamento" en un género? Es un drama que hunde sus raíces en la comedia. Pero a la vez es una comedia repleta de personajes miserables, que tratan de no ahogarse en la tragedia de su vida diaria.

Querido Teo:

Billy Wilder y Alejandro Amenábar captaron la fuerza incongruente de los corazones vacíos de las metrópolis para "El apartamento" y "Abre los ojos". "Contagio", en 2011, significó la aproximación más realista y rigurosa de una situación de alarma por pandemia. El esfuerzo de realismo llegó hasta la colaboración de un conocido virólogo americano, que diseñó un virus preciso, desde su origen hasta su comportamiento y mutaciones. "Estallido", la propuesta anterior, de 1995, se vio más, pero es un despropósito científico digno de los Marx. La serie documental de Netflix, "Pandemia", ofrece una buena idea de la lucha de la humanidad contra un enemigo que ayudó a construirnos, que abunda en el cine, y que puede que ni siquiera esté vivo.