La camarera

Comer de cine: El pastel

Comer de cine: El pastel "bebé malo" de "La camarera"

Querido primo Teo:

Hay películas buenas y películas malas, esto es tan cierto como que hay día y noche. Hay auténticas obras de arte, que nos elevan y nos demuestran el poder de este lenguaje tan especial y bodrios tan infumables que no se puede evitar pensar que se han desperdiciado metros y metros de película. Y luego están las pelis que, sin ser maravillas, tienen algo que nos atrae inevitablemente. Todos, por muy cinéfilos que seamos, tenemos al menos una peli de este estilo, una que nos ponemos para pasar la tarde y relajarnos sin implicar mucho nuestro intelecto. Tal vez una comedia absurda y descerebrada, con la que nos partimos de risa, tal vez una comedia romántica super pastelosa que nos hace palpitar el corazón, quizás un dramón con el que lloramos como no lo hemos hecho en nuestra vida, o una peli de acción trepidante que nos hace sentir héroes por unas rato, pero todos tenemos una peli que nunca mencionaríamos en nuestro currículum cinéfilo, pero sin la que no podríamos vivir. ¿Y sabes por qué?. Porque todos necesitamos evadirnos y dejar de pensar en algún momento.