Querido Teo:
La saga Divinity no ha conseguido, y lo ha intentado, llegar a los jugones. Al menos no a todos los necesarios para convertirse en un juego de referencia, en lo que a rol se refiere. En 2002 Larian Studios se embarcó en un proyecto arriesgado y no es que le saliera mal del todo, pero no les ayudo a tener más prestigio a nivel mundial. Los belgas sabían donde se metían, llegaban otras desarrolladoras con más presupuesto, más afianzadas, o simplemente con un proyecto mejor elaborado. En el menú inicial, podemos ver la generosidad de la gente de Larian Studios, dos juegos en uno, pero no sólo eso, a parte de haber incluido la continuación de “Divinity 2: Ego draconis“ (“Flames of vengeance” ) han remasterizado el material por completo. Ofreciendo a los jugones un juego mejorado y con el doble de duración, es de agradecer y más viendo los tiempos que corren. Sí tomas la decisión de empezar por “Ego draconis” saborearás desde el principio una historia de aventuras, magia y fantasía. De elegir “Flammes of vengeance“, ya pillarás la historia medio empezada, pero la base es en la que se asienta la secuela es la misma.