"La sospecha de Sofía"
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El argumento: La vida de Sofía y Daniel se anticipa prometedora y feliz hasta que Daniel recibe una enigmática invitación para ir a conocer a su madre biológica a un Berlín del Este sumido en plena Guerra Fría. Sin él saberlo, aceptar esa invitación se convertirá en el mayor error de su vida ya que se convertirá en la pieza esencial del plan secreto de la KGB para establecer su centro operativo en la España franquista y en el que su hermano gemelo, Klaus, jugará un papel clave, usurpándole la identidad, la familia y la vida entera. Desde ese momento, Sofía vivirá en una continua sospecha.
Conviene ver: "La sospecha de Sofía", ambientada entre el Madrid franquista, el París revolucionario de 1968 y la Berlín dividida, combina intriga identitaria y espionaje político partiendo de la aparente vida idílica de un abogado de clase burguesa, su mujer y sus hijas. El director aborda el género con un tono sobrio y clásico, inspirado en el universo de John Le Carré, y logra mantener la tensión en buena parte del metraje gracias a un relato que mezcla thriller político y drama íntimo. La ambientación es uno de sus mayores logros: el diseño de producción recrea con precisión los distintos escenarios, apoyado por una banda sonora eficaz de Martina Eisenreich que acompaña con acierto los giros emocionales. El reparto destaca especialmente por el trabajo de Álex González, que afronta con solvencia el reto de interpretar a dos hermanos gemelos en contextos ideológicos opuestos y que desconocían la existencia del uno y el otro, y por Aura Garrido, cuya interpretación dota a Sofía de inteligencia y determinación, convirtiéndola en una figura clave dentro de la trama como una mujer frustrada por los condicionantes de la época que le impiden desarrollar su talento e inquietud. Ambos actores consiguen imprimir matices a personajes que, por momentos, el guión no termina de desarrollar con suficiente profundidad. Y es precisamente el guión, firmado por Gemma Ventura, el principal talón de Aquiles del filme. Condensar la novela en una sola película provoca pérdidas de fluidez narrativa, escenas apresuradas y altibajos de tensión que diluyen el aire opresivo propio del género de espionaje. A esto se suman diálogos poco naturales, ciertas incongruencias argumentales, como el uso del idioma o la lógica de la operación de la Stasi, y un tratamiento irregular del punto de vista, que relega a Sofía a un papel secundario sin entender las incongruencias que ve en su marido pese a que el título promete lo contrario, poniendo el foco en como Daniel se convierte en un activo para un plan secreto orquestado por la KGB en el Berlín Este mientras su hermano comunista usurpa su identidad en Madrid. El resultado es una narración que, aunque mantiene el interés, no siempre consigue cohesionar sus múltiples líneas dramáticas. Tampoco ayudan algunos problemas de verosimilitud ni la limitada ambición visual: pese a la buena dirección artística, ciertos exteriores "berlineses" filmados en España y detalles anacrónicos restan credibilidad al conjunto. El montaje, algo plano, contribuye a que el ritmo fluctúe y algunas interpretaciones parezcan acartonadas. Aun con estas limitaciones, "La sospecha de Sofía" es un thriller clásico bien intencionado que se sostiene por la solidez de sus intérpretes, la elegancia de su factura y la fuerza de una historia que conecta lo íntimo con lo político en un contexto histórico de miedo y represión pero también de lucha por la justicia y la esperanza. No alcanza la contundencia emocional ni el suspense refinado al que aspira, pero ofrece un entretenimiento cuidado, especialmente recomendable para quienes disfrutan de relatos históricos con tintes de culebrón y espionaje.
Conviene saber: El regreso de Imanol Uribe al largometraje es una adaptación ambiciosa de la novela homónima de Paloma Sánchez-Garnica.
La crítica le da un CINCO












