Cine en serie: "Reunión", venganza sin palabras
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Querido Teo:
Un preso se dispone a ser excarcelado. Una chica llega apresurada a una prisión inglesa y en el primer minuto entiendes que algo falla. Así arranca uno de esos thrillers que te agarran desde el primer minuto, a pesar de no ser fácil, porque obliga a estar muy atento: el protagonista es mudo. Es una historia de venganza y redención, también una historia sobre quienes quedan fuera en un mundo pensado para oír. El punto de partida es clásico. Daniel Brennan, interpretado por Matthew Gurney, sale de prisión tras conseguir la libertad condicional. Ha pasado entre rejas diez años por asesinar a su mejor amigo de la infancia. Lo sabemos desde el comienzo. Sabemos también que confesó el crimen, pero nunca explicó por qué lo hizo.
Brennan sale con un pasado que nadie quiere remover y una urgencia clara por reconectar con su hija Carly, a la que apenas ha visto crecer. Hasta aquí, un thriller británico reconocible. Lo que cambia todo es desde dónde se cuenta; "Reunión" se narra en gran parte desde una experiencia que la televisión generalista suele observar con distancia.
"Reunión" es bilingüe. Mezcla lengua de signos británica y diálogo hablado con una naturalidad que acaba pareciendo la única forma lógica de contar esta historia. No es un adorno ni un truco: es el motor del relato. En los "flashbacks" carcelarios se percibe el precio de la incomunicación y de la negligencia institucional. El cambio entre signos y palabra es fluido, sin subrayados, y ahí descansa buena parte de la fuerza de la serie. La interpretación de Gurney lo sostiene todo: construye a Brennan como un hombre inestable y frágil, peligroso por momentos, lleno de capas.
La clave está en el origen de esta serie. El creador y guionista de "Reunión" es sordo. Eso se nota no porque la serie predique, sino porque entiende algo básico para cualquier discapacitado: "La frustración cotidiana de vivir en un entorno que no está pensado para ti". El proyecto nació cuando trabajaba en un programa de la BBC dedicado a la comunidad sorda y veía historias que no encajaban en un magazine diurno. Pensó que había que dramatizarlas. Esa idea le acompañó durante años, con títulos provisionales y versiones descartadas, hasta que en 2021 decidió escribir el guion definitivo.
La serie mezcla experiencia propia y la sensación concreta de llegar a una edad en la que la estructura mental que has construido para sobrevivir empieza a resquebrajarse. El creador explicó el impulso personal sin rodeos: había llegado a un punto en el que estaba cansado de ser sordo. Quería escribir sobre esa ira, sobre esa vida que a veces se vuelve inaccesible. Esa experiencia atraviesa toda la serie con honestidad porque Brennan no es ejemplar ni busca serlo. No es un antihéroe elegante. Está roto, reacciona mal y toma decisiones discutibles. Y aun así se entiende por qué está ahí.
La serie combina intérpretes sordos y oyentes, sin que se note el menor esfuerzo pedagógico. La viuda del asesinado, que necesita respuestas. Su nueva pareja, ex policía, que empieza como apoyo y acaba cargándose de sombras. Una hija sorda, que vive el regreso de Brennan como un terremoto íntimo. Y otra hija, una presencia silenciosa que se integra con naturalidad en esa dinámica bilingüe.
"Reunión" no se lo pone fácil al espectador. Hay escenas largas en lengua de signos que avanzan con su propio ritmo. El diseño sonoro juega a favor del relato: pasos, golpes secos, voces que entran y salen, silencios que no son ausencia, sino punto de vista. A veces el mundo suena amortiguado; otras, como un zumbido lejano. No es estilo, es narración.
La trama avanza en espiral. Brennan intenta recomponer lo que queda mientras se lanza a una misión que huele a ajuste de cuentas. El título no es decorativo: habla de reencuentros, de viejas heridas y de una confrontación directa con el origen del trauma. El suspense no depende sólo de quién miente, sino de lo que nunca se dijo y de lo que se entendió mal durante años.
"Reunión" tendrá un impacto real. Espectadores oyentes que saldrán con otra forma de mirar una conversación. Y espectadores sordos que, por una vez, no están en un rincón, sino en el centro del relato. The Guardian la incluyó entre lo mejor de la televisión británica de 2025, y ese tipo de respaldo suele llegar cuando algo se percibe distinto, no sólo bueno.
No es una serie para todos, pero no pasará desapercibida. Son cuatro episodios, se presta al boca a boca y al atracón breve. Tampoco es una serie sobre la sordera. Es un thriller sólido con un protagonista sordo. Y eso cambia todo. También es un drama familiar y un retrato de cómo fallan las instituciones cuando no saben, o no quieren, adaptarse.
Lo más inteligente de "Reunión" es que no busca aplausos. Busca atención. La misma atención que Brennan ha reclamado toda su vida. Cuando una serie consigue eso sin perder tensión, no es un experimento. Es televisión hecha en serio.
"Reunión" puede verse en España en Filmin
Carlos López-Tapia
