Luis Buñuel

"Luis Buñuel. La forja de un cineasta universal"

A Luis Buñuel, el primer representante internacional del cine español, no le faltan biografías. La que se suma ahora tiene varias peculiaridades importantes. Su autor es el hispanista irlandés y nacionalizado español Ian Gibson; se concentra en sus primeros 38 años, hasta el embarque en Le Havre camino del exilio americano; y su extensión permite mostrar el entorno histórico, familiar y social, esas circunstancias que con suerte pueden rozar las motivaciones del biografiado. El resultado es ameno, interesante de principio a fin, al margen del grado de conocimiento del cine de Buñuel que tenga cada lector.

Título: “Luis Buñuel. La forja de un cineasta universal”

Autor: Ian Gibson

Editorial: Aguilar

Las Hurdes deberían aprovechar a Buñuel como Buñuel aprovechó Las Hurdes

Las Hurdes deberían aprovechar a Buñuel como Buñuel aprovechó Las Hurdes

Querido Teo:

En 2003 conocí Las Hurdes. La razón fue un viaje organizado para periodistas en torno a un premio al cocinero Adriá. Capté personalmente el dolor de los habitantes por la imagen difundida por el director aragonés en el documental “Las Hurdes: Tierra sin pan”. Desde el viernes al domingo he asistido al encuentro celebrado en la zona para positivar ese sentimiento y aprovechar el prestigio internacional de Buñuel, porque la realidad es que una década después todavía subsiste la sensación de daño.

"Viridiana", Buñuel y el mendigo

Querido diario:

"Viridiana" cumple cincuenta años. Buñuel soñaba despierto con la reina Victoria de España, la esposa de Alfonso XIII. Tenía entonces catorce años y le parecía muy guapa. imaginó un pequeño guión en el que está el origen de “Viridiana”. «Una noche, la reina se retiraba a sus aposentos, sus doncellas la ayudaban a acostarse y la dejaban sola. Ella bebía entonces un vaso de leche en el que yo había puesto un narcótico irresistible. Un instante después, cuando ella ya estaba profundamente dormida, yo me introducía en el lecho real, donde podía gozar de la reina». Buñuel no se dejó influir por los republicanos exiliados en México como él, que le acusaban de rendirse ante la dictadura de Franco, y en 1961 viajó a España para comenzar la película, con la única condición de que fuera la productora de Bardem quien se encargara de la producción. «Decidí escribir un argumento original, la historia de una mujer que llamé Viridiana en recuerdo de una santa poco conocida de la que antaño me habían hablado en el colegio de Zaragoza». Durante varias semanas se alojó con su hermana en un apartamento del edificio más alto de Madrid entonces, la torre de la Plaza de España, y se sumió en el rodaje. Se levantaba a las cinco de la mañana y a las ocho salía hacia una hermosa finca de las afueras hoy desaparecida. Regresaba once o doce horas más tarde, con el tiempo justo para cenar queso con vino y echarse inmediatamente en el suelo a dormir.