"My fair lady", ejemplo de excelencia cinematográfica
Querido primo Teo:
El musical "My fair lady" (1964) es uno de esos ejemplos de excelencia porque, como bien escribió Cecil Beaton en su diario de rodaje, disponible en España gracias a Hatari Books, desde su concepción todos los elementos fueron los adecuados, los mejores, y eso fue una fuente de inspiración para sacar a relucir todo su potencial. Warner Bros. apostó en el momento adecuado por trasladar el exitoso musical de Broadway, basado a su vez en el clásico “Pigmalión” de George Bernard Shaw, a la gran pantalla, bajo la batuta de George Cukor, manteniendo la esencia de un gran espectáculo con repertorio compuesto por Frederick Loewe y Alan Jay Lerner que gozó de la aclamación desde su estreno en 1956 y que ya se estaba convirtiendo en patrimonio de la cultura popular. Consiguió lo que parecía imposible, superar el precedente de los escenarios y posicionarse como uno de los mejores musicales de la historia del cine.


