20 años no es nada: Otoño de 2000
Querido primo Teo:
La frontera situada en el año 2000, tan ansiada durante tanto tiempo, tan simbólica por lo que suponía de linde entre el mañana y el ayer, ya estaba a punto caer, y, con ella, el futuro estaba a punto de convertirse en presente. Este cambio simbólico, no ya de década, sino de era, comenzaba a reflejarse en las películas que se estrenaban en las salas, que, poco a poco, abandonaban los patrones que había seguido el cine de los 90 para adentrarse en nuevos e inexplorados territorios, mucho más acordes con las nuevas sensibilidades que había ido desarrollando la sociedad.