Juliette Binoche, la mirada expresiva
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Juliette Binoche entró hace unas semanas en sus 42 años de madurez y disfrutando de una carrera profesional que le permite hacer películas todos los años. Es parisina y vive en las afueras, en un chalet rústico que comparte con sus animales domésticos, perros y gatos, y con su hijo Rafael, que tiene ahora doce años. Lo tuvo con un novio submarinista y no formaron una familia tradicional porque decidieron no casarse ni seguir juntos.
Quiso ser actriz desde muy joven, así que mientras estudiaba en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático, trabajó un tiempo como empaquetadora en unos grandes almacenes. En eso estaba cuando se presentó a un casting con un ojo hinchado, por una alergia alfrotarse los ojos con las manos manchadas de tinta de los paquetes que envolvía.
A pesar del ojo el director Jean-Luc Godard, quedó fascinado por la pureza de su mirada y de su expresion, que era precisamente lo que necesitaba para el papel de "Yo te saludo María". Era el año 83, y esta morena de tez palida acababa de cumplir 19 años.
La película causó revuelo porque a los católicos más fundamentalistas no les hizo gracia que les tocasen "la estampita" y los más radicales hicieron manifestaciones y mancharon de tinta algunas salas donde se proyectó. Juliette quedó marcada pero durante muy poco tiempo porque el escándalo era poco razonable y Juliette cimentó su reputación dentro del cine francés a finales de esa década, como musa del director Leos Carax -del que fue novia - en "Mala sangre" y "Los amantes de Pont-Neuf".Con esa película muchos nos enteramos de que Juliette era pintora, que se tiraba las horas muertas cuando era adolescente en los museos de París, haciendo copias. Nos enteramos porque los cuadros que aparecen en la película y el cartel son suyos.
En los noventa ya pasó a ser uno de los rostros europeos de mayor proyección en todo el continente, gracias a sus interpretaciones intensas, de un inmovilismo inquietante, en "Herida", "Azul", "Alice y Martin" o "La viuda de Saint-Pierre". Ha recuperado para el público joven el misterio de las divas francesas de otros tiempos, a base de una mirada oscura que sugiere una existencia interior con pasiones potentes y silenciosas, experiencias amorosas de límites enfermizos, o a punto de derrumbarse psicológicamente a causa del sufrimiento.
Ella misma se ha dado cuenta de que hacía mucho de heroína trágica y cuando le ofrecieron "Chocolat" comentó: "Cuando leí el guion de Chocolat pude sentir el aroma de las comedias de Lubish y Capra. Varias veces me han acusado de no hacer comedias. Y me he sentido muy culpable por ello, pero a la vez he pensado: bueno, quizá es que yo he nacido para hacer dramas".
Escucha este mp3 y sabrás más cosas de Juliette, además de escucharla….
