"Guillaume y los chicos, ¡a la mesa!"
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El argumento: El primer recuerdo que tengo de mi madre es de cuando tenía cuatro o cinco años. Nos llamaba a mis dos hermanos y a mí a la mesa diciendo: «Niños, Guillaume, ¡a cenar!» y la última vez que hablé con ella por teléfono, colgó diciendo: «Cuídate, mi niña grande», Y, bueno, entre estos dos momentos hubo un buen número de malentendidos.
Conviene ver: Los César sorprendieron a muchos al premiar esta comedia por encima de otras películas con más calado para la crítica y el público en general. Este autorretrato en imágenes de Guillaume Gallienne (que da vida a también a su madre) es una buena y, a ratos, algo irregular comedia, en la que dibuja el desarraigo personal y sentimental de ese personaje que es él mismo viviendo un complejo de Edipo mayúsculo y la confusión de su identidad sexual y emocional intentando llegar a lo que es realmente a través de convertirse en su madre. La película podría haber dado pie a un drama social tremendista pero, a modo de terapia personal, Gallienne lo ha querido contar en clave cómica, no sólo viviendo de las risas que provoca, sino planteando cuestiones sobre la personalidad de cada uno y de sus relaciones con los demás, mucho más profundas de lo que cabe esperar, pero siempre con la complicidad del humor en este juego de realidad y ficción con referencias al origen teatral del que parte. Surrealismo hilarante para una película que desmonta prejuicios y tópicos (aunque a la hora de retratar a los extranjeros sí que se regodea en ellos) y hace que nos riamos con ellos apostando por un humor directo, efectivo y universal, casi sin saber a qué es debido. Toda una sorpresa difícil de clasificar.
Conviene saber: Guillaume Gallienne debuta en la dirección llevando al cine su propia obra de teatro. Ha ganado 5 César 2014 en las categorías de película, actor, guión adaptado, montaje y ópera prima.
La crítica le da un SEIS