"Winter flies"
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El argumento: Marek, 14 años, pelo rapado al cero, fabulador de gamberrismo rebelde y de hazañas sexuales, y Hedus, con calvario de chico gordo y doce años muy crédulos, que adora y envidia a Marek mientras sueña con pertenecer a la Legión Extranjera. Juntos para siempre en la amistad, han robado un Audi cochambroso para irse a correr mundo, pero acaban de recoger a una chica preciosa que hacía dedo y ahora son tres, que es impar pero divide. ¿Sabes esas moscas equivocadas de estación porque es invierno, y zumbando tozudas se posan donde no deben?
Conviene ver: “Winter flies” es un retrato de la adolescencia en clave de road movie, tan enérgica como entretenida e iniciática. Una cinta que juega con la realidad y la ficción y que lleva a que todo no sea lo que parece para un espectador al ser un largo flashback sobre unos hechos que narra uno de los jóvenes en una comisaria. Esa intriga vertebra todo el relato de un, por otra parte, vitalista recorrido que juega en los terrenos de la fábula con cierta negritud. Y es que el viaje que emprendemos con estos personajes tiene como peaje las distintas etapas hacia la madurez de una manera natural y orgánica en la que hay dolor, humor e incertidumbre pero, sobre todo, ganas de vivir en un buen conjunto en el que hay que alabar la fotografía de Lukás Milota.
Conviene saber: La cinta está dirigida por Olmo Omerzu que ganó con su tercera película el premio al mejor director en el Festival de Karlovy Vary.
La crítica le da un SEIS
