"Mis tardes con Margueritte"

La web en español es la típica dedicada a una pequeña película europea. Más que nada son fichas informativas que tienen al trailer como contenido más resaltable. Sinopsis, recolección de críticas e información del director y los actores completan el paseo virtual.

El argumento: Es la historia de uno de esos encuentros improbables que pueden cambiar una vida. En un parque se encuentran Germain, de algo más de cincuenta años y casi analfabeto, y Margueritte, una frágil anciana apasionada por la lectura. Cuarenta años y cien kilos los separan. Por casualidad, Germain se sienta a su lado. Margueritte empieza a leerle extractos de novelas, haciéndole descubrir la magia de los libros, de la que Germain se creía excluido. De pronto, para la gente que le rodea, para sus amigos del café, que hasta ahora le han tomado por un tonto, la idiotez bascula y cambia de lado. Pero Margueritte se va quedando ciega y, por amor a esta adorable abuela traviesa y atenta, Germain se esforzará y le demostrará que es capaz de leerle cuando ella ya no pueda hacerlo.

Conviene ver: “Mis tardes con Margueritte” es una bonita historia que gustará, sobre todo, a los que tengan una determinada edad porque hay mucho de identificación y de nostalgia en ella. La premisa no es muy novedosa (se ha visto muchas veces en el cine siempre con toque almibarado) pero el que no llegue a hora y media de metraje la convierte en una anécdota simpática y emotiva en la que es muy difícil no salir del cine con ganas de vivir, ánimos renovados y con un punto de positividad muy importante. Siempre está bien que el cine provoque esas sensaciones. Aquí en una tierna historia entre un analfabeto inocentón y una anciana apasionada de la lectura, concretamente de la obra de Camus, que deja buenos momentos y conversaciones. Tiene escenas que pretenden que la lagrima aflore (como es el caso de la última lectura) en este viaje otoñal en el que conectan Gérard Depardieu y una encantadora Gisèle Casadesus, entrañable actriz francesa de 96 años que es la encargada de enarbolar la bandera de que escuchemos a nuestros mayores al no saber lo que nos estamos perdiendo. Un cine reposado, elegante, simpático y positivo

Conviene saber: El veterano realizador Jean Becker se ha acostumbrado a ofrecernos emotivas historias costumbristas en el que la amistad y las ganas de vivir son las protagonistas. Ya lo ha hecho en “La fortuna de vivir” y “Conversaciones con mi jardinero”.

La crítica le da un SEIS