"El cautivo"

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El argumento: Año 1575. El joven soldado Miguel de Cervantes es capturado en alta mar por corsarios árabes y llevado a Argel como rehén. Consciente de que allí le espera una cruel muerte si su familia no paga pronto su rescate, Miguel encontrará refugio en su pasión por contar historias. Sus fascinantes relatos devuelven la esperanza a sus compañeros de prisión y acaban por llamar la atención de Hasán, el misterioso y temido Bajá de Argel, con el que comienza a desarrollar una extraña afinidad. Mientras los conflictos crecen entre sus compañeros, Miguel, llevado por su inquebrantable optimismo, comenzará a idear un arriesgado plan de fuga.

Conviene ver: "El cautivo" es el octavo largometraje de Alejandro Amenábar volviendo al drama histórico como ya hiciera con "Mientras dure la guerra" (2019) poniendo el foco en otro personaje clave de la cultura española. En este caso es el joven Miguel de Cervantes en uno de esos episodios más desconocidos de su historia y que supusieron no sólo un ejercicio de resistencia vital sino también la forja del escritor que pasó a los anales creando la historia del hidalgo Don Quijote. Una cinta que no pretende aspirar a la fidelidad histórica sino que sobre el contexto de la misma se permite fantasear sobre un romance que pudo justificar la supervivencia del joven soldado en Argel o el papel que juga la ficción en nuestras vidas como elemento de integración, de resiliencia y de asidero emocional. Una digna película de aventuras que, no obstante, pierde por cierta artificiosidad y por sus pretendidas ganas de provocar a puristas como baluarte de ejercicio de diversidad sexual más que como biopic al uso. Más de impostura que de impacto emocional o solidez narrativa que lleva a la cinta a ser un capítulo televisivo venido a más con un Amenábar corto a la hora tanto de entretener o generar algún tipo de emoción en la historia de este Cervantes reconvertido en la Sherezade de “Las 1.001 y noches”, perdiéndose más en la relación amorosa entre captor y cautivo y en el ambiente entre los reclusos, soldados, escribidores, frailes o inquisidores, dejando de lado lo prometedor que hubiera sido apostar por el cuento, el relato y la narración como poder de evocación y supervivencia. “El cautivo” apuesta por una producción cuidada, entre lo espectacular y lo íntimo, adentrándose en esa corte de poder, suciedad, deseo y represión entre lo verista y lo “kitsch” con un correcto Julio Peña y con un buen plantel de secundarios en los que destaca el atormentado personaje de Fernando Tejero y el impagable Miguel Rellán como narrador inspiracional. En el cine de Alejandro Amenábar sigue primando la voz de autor que la concesión industrial dándole un toque personal y catártico a una de esas historias que, en verdad, más allá de polémicas agotadoras, reivindica el género de aventura y el poder del cine como arrebatadora experiencia. Una pena que este melodrama carcelario entre el “blockbuster”, el enredo y la fantasía no termine de estar bien armado primando más los intereses del enfoque que ha querido darle el director que los que seguramente necesitaba la película que podría haber sido.

Conviene saber: La película pudo verse en el Festival de Toronto 2025.

La crítica le da un CINCO