Después de un viaje triunfal por medio mundo rodeándose de mujeres y grandes personalidades, Chaplin era más el solitario millonario de "Luces de la ciudad", que el ensoñador vagabundo de la misma película. ¿Cómo seguir alargando el mito de un personaje que, en esencia, era cada vez más lejano a él?. ¿Cómo el rico y mujeriego Chaplin de principios de los 30 podía volver a empatizar con los más pobres que habían encontrado en él a un espejo?. Con sus palabras de aquellos años comprendemos que proyecto se le pasaba por la mente allá por 1932: “Cuando volví a los Estados Unidos, después de mi viaje por el mundo, me encontré con que la gente demostraba la máxima confusión respecto de lo que a ella misma le ocurría. Yo también experimenté ese extravío. Muchas cosas en las cuales habíamos creído revelaron ser locuras impracticables, y ni una sola persona tenía idea respecto a la actitud que había que adoptar sobre aquello. Me parece un tema para tratar en una película, eso si, con el fin de burlarse de nuestra quebrantada situación satirizando los tiempos modernos”. Chaplin y su personaje, cada vez más distintos, se dan la mano en una lucha artística contra la época en la que viven.
Con esa idea como germen, el desarrollo de "Tiempos modernos" se produciría a partir de un casual encuentro con Paulette Goddard, la chica del film y una de las mujeres de la vida de Chaplin, con la que pasaría nueve años. En un crucero de fin de semana al que fue invitado por Joseph Schenk, presidente de United Artists, conoció a una simpática corista que busca una oportunidad para abrirse un hueco en el mundo del espectáculo. En esos momentos era la amante de Schenk, una más, a partir de ese día se convertiría en la “chica Chaplin” por antonomasia. Chaplin ha aprendido y guarda con celo su vida privada. Chaplin se casaría con Goddard, como así queda reflejado en sus memorias, pero no existe un documento que certifique la fecha. Se rumorea que fue en 1936 en un viaje por el Extremo Oriente. Lo único que se sabe con certeza es el año del divorcio, 1941. Precisamente este “limbo matrimonial” fue el que muchas asociaciones de puristas esgrimieron para que Paulette no protagonizara “Lo que el viento se llevó”, recayendo el mítico papel de Scarlett O´Hara en Vivien Leigh a última hora.
Los periodistas hacen la vida imposible a un Chaplin que anuncia que está trabajando en un proyecto pero que no da ningún detalle del mismo. En 1934 comienza el rodaje y se filtra que la película se llamará “Las masas”, acusándola de una intención bolchevique que sirvió para desatar el rumor de que Chaplin había enviado la película a Rusia para contar con la aprobación de la cuna del comunismo.
Chaplin, sólo al final de la producción, recibió a los periodistas en un pase especial. Sabor añejo en el Estudio de Chaplin, fiel reflejo de los bastiones supervivientes del cine mudo y que son un auténtico anacronismo frente a los Estudios modernos de los nuevos tiempos. La sensación de que se estaba ante una obra maestra fue total. El pase fue como una proyección reivindicativa de aquellos que habían dado su vida por un cine que sólo tenía el defecto de ya haber pasado de moda. Junto a Chaplin está buena parte de un equipo técnico y artístico abonado a su filmografía y que han visto como el joven “cockney” de antaño es ahora un auténtico artista que defiende su arte frente a los demás. Para la película sólo hay dos grandes decorados construidos para la ocasión (la fábrica y la máquina que engulle a Charlot). No hay voz, sólo sonido sincronizado además de la característica música compuesta por el propio Chaplin. Pero, eso si, Charlot termina hablando, canta a todo el mundo.
La película se estrena el 5 de Febrero de 1936 en el Teatro Rivoli de Nueva York. Todos quieren ver lo nuevo de Chaplin, ocho años después de que se implantara el cine sonoro. Varios Estados de la Unión y cuatro países extranjeros piden entradas anticipadas y llegan espectadores de medio mundo. Incluso las grandes estrellas de una época ya perdida inician una caravana desde California compuesta por gente como Gloria Swanson, Douglas Fairbanks, Ginger Rogers o Edward G. Robinson. Los diarios se hacen eco del gran estreno, las radios emiten una programación especial, e incluso los aviones dibujan su nombre en el cielo. En una época de depresión económica, y con los críticos dispuestos a pulsar con más rabia sus tecleos en la máquina de escribir para cargar contra él, “Tiempos modernos” consigue 1.800.000 dólares.
Eso si, los periodistas están divididos. Unos alaban el retorno del único inmortal del cinematógrafo con una comedia para los amantes del buen humor. Otros aplauden el momento en el que abre la boca del vagabundo, lo que muchos pensaban que nunca haría, para tener la valentía de ofrecer un cuplé en un vocablo imposible de entender. Muchos consideran que el momento en el que Charlot coge una bandera roja y encabeza una manifestación es toda una declaración de intenciones. Para unos, muestra de su comunismo, para otros una cobardía al no reflejar con más ahínco ese momento al final de la película cuando el personaje vaga hacia el horizonte, por primera vez, con compañía.
“Tiempos modernos” pasa a la Historia, y eso no se lo quita nadie, como una valiente y acertada crítica de los métodos empresariales, las cadenas de montaje y la organización del trabajo que trata a las personas más como borregos que como seres autónomos, dentro de un sistema que actúa como redil. Y es que Chaplin, sin saberlo, lograría abrir la veda de un estilo de cine que muchos se ocultaban de hacer por miedo a ser tachados de lo que no eran. Un lustro envidiable de cine social usamericano que, dependiendo de quien fuera su creador, era alabado (como en el caso de Wyler o Ford) o profundamente criticado.
La 77ª edición de los Emmy ya tiene nominados y encumbra a las opciones esperadas. "Severance" lidera ampliamente con 27 nominaciones y buscará con su segunda temporada hacerse con el Emmy a la mejor serie de drama por encima de otras opciones como la juguetona "The White Lotus" (23 nominaciones) y la adrenalínica "The pitt" (13 nominaciones). En cambio en comedia todo parece encaminado para que "The Studio" se haga con el premio ante esa gozosa sátira de la propia industria de Hollywood que ha supuesto todo un chute de frescura y que puede coger el testigo de "The bear" y "Hacks" (respectivas ganadoras en 2023 y 2024) volviendo ambas a estar nominadas este año. Por su parte en serie limitada todo parece encaminado para que "Adolescencia", el título televisivo más analizado de la temporada, arrase en esos apartados si "El pingüino" no se lo impide poniendo sobre la mesa sus 24 nominaciones. El 14 de septiembre saldremos de dudas en la ceremonia a celebrar en el Peacock Theater de Los Ángeles y que será retransmitida por la CBS bajo la presentación del cómico Nate Bargatze.
“Tardes de soledad”, de Albert Serra, entra de lleno en la categoría de obra de culto —o incluso de título maldito. El prestigioso cineasta catalán desató la indignación de los colectivos animalistas —incluido el ministro Ernest Urtasun— al fijar su mirada en el torero peruano Andrés Roca Rey, una de las figuras más veneradas por la afición taurina. La polémica llegó a tal punto que se pidió su retirada de la programación del Festival de San Sebastián. No solo se mantuvo: el jurado terminó otorgándole la Concha de Oro. El documental tuvo un estreno tardío en salas, y su exhibición se convirtió en un acto de resistencia cultural. Quien compraba una entrada para ver “Tardes de soledad”, o escribía un artículo en su defensa, no solo mostraba admiración por la obra: lanzaba, de forma implícita, un alegato contra la censura moral que pretende borrar del patrimonio cultural toda expresión ligada a la tauromaquia. Bajo la mirada de Serra, Roca Rey se eleva a una dimensión casi mitológica. Torero y bestia se enfrentan, iguales ante la muerte, en un ritual que el cineasta filma con hipnótica solemnidad. El resultado recuerda a figuras arquetípicas del cine clásico y contemporáneo, y convierte a Roca Rey en algo más que un matador: en un símbolo. Con su reciente llegada a Movistar +, es el momento perfecto para explorar sus resonancias en nuestra sección de clásicos y joyas.
Superman vuelve a sobrevolar las pantallas de cine impulsado por el director James Gunn y por eso repasamos cómo ha sido la evolución del héroe de DC Comics a través de las películas y las series. Las recientes presencias de Tom Cruise con “Misión imposible: Sentencia final”, Brad Pitt con “F1: La película” y Scarlett Johansson con “Jurassic world: El renacer” nos lleva a analizar la situación actual del “star system” de Hollywood de la mano de Mary Carmen Rodríguez. In Memoriam dedicado al compositor Lalo Schifrin y al actor Michael Madsen y en Leer cine, la biblioteca sonora de Carlos López-Tapia, “Cómplice” de Steve Cavanagh. Terminamos con las apuestas de Colgados de la plataforma. Spooky a los mandos técnicos. ¡Muchas gracias por escucharnos!
Estamos escuchando Challengers de Trent Reznor y Atticus Ross para la banda sonora de "Rivales", película de Luca Guadagnino que, en cierta forma, se ha convertido en todo un fenómeno que, a pesar de contar con los nombres propios del propio Guadagnino o Zendaya, quizá no se esperaba en absoluto. Parte de este fenómeno se debe al tratamiento de la película, jugando de forma erótica como no solemos ver habitualmente en el cine actual, y a la atmósfera que el cineasta italiano construye a partir de unas sensaciones y emociones creadas por la puesta en escena, evidentemente por los actores y, de forma prácticamente indispensable, por la música. Así que vamos allá a adentrarnos a esta composición algo anómala y única de Trent Reznor y Atticus Ross, donde repasaremos parte de su anterior trayectoria y profundizaremos sobre en qué se basa la creación de esta banda sonora.