“La chica y la araña”
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La web oficial.
El argumento: Lisa se va a mudar. Mara se queda. A medida que se cambian las cajas y se construyen los armarios, los abismos comienzan a abrirse y se pone en marcha una montaña rusa emocional. Una película de catástrofe tragicómica. Una balada poética sobre el cambio y la fugacidad.
Conviene ver: “La chica y la araña” es la segunda entrega de la trilogía sobre la unión humana de los directores Ramón Zürcher y Silvan Zürcher y que se inició con “El extraño gatito” (2013). Una mudanza es el punto de partida de esta historia protagonizada por dos compañeras de piso que se separan. Que una de las dos se vaya a vivir a otra casa, con otro compañero de piso, hace que el vínculo que se había forjado entre las dos a lo largo de los años se rompa, sin importar cuál era la naturaleza de dicha relación. Ambas tendrán que enfrentarse al miedo, la insatisfacción, el rencor y también al dolor de la separación. Sus puntos fuertes residen en el guión y en el duelo interpretativo mantenido por sus dos actrices, Henriette Confurius y Lilianne Amuat, aunque sus personajes no sean especialmente simpáticos. En “La chica y la araña” no vemos únicamente a las dos compañeras de piso que están cerrando una etapa de sus vidas sino que por ese piso van desfilando una serie de personajes y que en realidad son accesorios, ya que ninguno tiene la suficiente entidad para justificar su presencia. “La chica y la araña” es una historia sencilla, con una puesta en escena simple, pero lo suficientemente rica para realizar un ensayo sobre la complejidad de las relaciones humanas. Minimalismo pulcro y efectivo en una historia de soledad y separación hacia los recovecos más amargos de una relación de amistad.
Conviene saber: Segundo largometraje de los gemelos Zürcher.
La crítica le da un SEIS
