"Tetris", Taron Egerton pasándose el juego

Querido Teo:

2023 y seguimos en un Hollywood atado de pies y manos a todo lo que se pueda calificar o definir como una IP (propiedad intelectual) ya sea para franquicias, universos cinematográficos o películas individuales como esta "Tetris", película sobre cómo se creó y popularizó el famoso juego. Y agárrense fuerte porque además de "Tetris" se nos vienen películas sobre los orígenes de la BlackBerry, las zapatillas Air Jordan, el pinball y los móviles Nokia. Lo dicho, cualquier cosa a la que agarrarse para vender en una época donde el cine no es tan relevante como antaño pero que, ya siendo realistas, más allá de la idea de unos ejecutivos de vender una marca se puede seguir haciendo películas interesantes y más que decentes, incluso excelentes.

"Tetris", a pesar de ser distribuida y estrenarse en Apple TV+ el 31 de marzo, viene firmada por la marca MARV Studios, la productora de Matthew Vaughn, director de "Layer Cake (Crimen organizado)" (2004), "Stardust" (2007), "Kick-Ass: Listo para machacar" (2010) o "Kingsman: Servicio secreto" (2014), y a pesar de que a nivel de tono y estética no tenga prácticamente nada que ver, sí que puede levantar alguna que otra ceja el hecho de que la protagonice Taron Egerton, ya que Vaughn también produjo "Eddie el Águila" (2016) y "Rocketman" (2019), películas también protagonizadas por Egerton.

Y es que no encontramos ante otro nuevo intento del actor inglés para que nos lo tomemos en serio, dejando al parecer definitivamente la mamarrachez de "Kingsman: Servicio secreto" y abrazando un cine más maduro y adulto como lo fue el éxito de "Rocketman", la serie también de AppleTV+ "Encerrado con el diablo" y esta "Tetris". Y sinceramente, creo que Egerton lo está consiguiendo, porque lo da absolutamente todo y es gran parte del éxito que es la película dirigida por Jon S. Baird.

El director de películas como "Filth, el sucio" (2013) o "El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie)" (2018) pone el peso de la acción prácticamente siempre en Egerton, circulando en el viaje incesante y agotador de conseguir los derechos de venta del Tetris, y es que ya nos avisaron hace un tiempo que esta película se iba a parecer más a "La red social" (2010) que a otra cosa, y entiendo que se referían a la temática, porque es toda esa lucha legal (y a veces, ilegal) que sucede entre los Estados Unidos, Japón y Rusia, la que más presencia tiene en todo el filme.

Quizás a nivel de diálogo nos podemos perder de vez en cuando con tanta terminología jurídica y empresarial, al más puro estilo de Adam McKay en películas como "La gran apuesta" (2015), pero a grandes rasgos se entiende lo suficiente para poder empatizar con ese viaje imposible sobre todo centrado en Rusia, de donde es el creador de Tetris y se centra gran parte de la acción de la película.

Es cierto que había leído por aquí y allá que la historia de Tetris era una historia realmente surrealista, aunque otros dicen que la película está sobreamplificada y "americanizada" en cuanto a que se inventa o exagera muchas de las cosas para crear un dramatismo a veces innecesario. Desde mi perspectiva ignorante sobre cuáles fueron los hechos reales, es cierto que hay cierto tinte hollywoodiense en muchas de las acciones pero creo que son el objetivo para que la película nunca deje de ser entretenida y esté más cerca de un thriller para todos los públicos que de algo más complejo como bien podría ser la serie "Halt and catch fire" (2014) o incluso la propia "La red social" (2011).

Y sinceramente, aunque la película podía haber sido más inmersiva o compleja, creo que donde saca músculo es siendo ese pasatiempo exageradamente entretenido, que no despega de la pantalla en sus 2 horas de duración, a través de un montaje que busca el dinamismo, una puesta en escena visual algo redundante y plana por momentos pero que juega con ciertos elementos fantásticos, añadiendo ladrillos imaginarios del Tetris a la imagen real que le dan cierta originalidad; unos diálogos que se atropellan por momentos pero que no te deja respiro y, volviendo a reincidir en ello, un Taron Egerton con una energía y un carisma contagiosos que hacen que la película se vea de forma muy agradable, dejándose la piel en discursos tremendamente sentidos o en discusiones que son un "toma y daca" continuo entre el mismo y sus contrincantes.

Todo sea dicho, "Tetris" cae en muchos clichés como esa historia entre padre e hija (la secuencia de la actuación, ¡Dios mío de mi vida!), o comportamientos entre los rusos y los americanos que hemos visto mil millones de veces en pantalla que muchas veces te obligan a mirar a otro lado, errores que tampoco matan la película pero que sí que, reposada días después, se hace notar como cierto pasatiempo algo olvidable, disfrutable en el visionado pero con poco poso.

Me quedo con la música de Lorne Balfe, que a pesar de no haberla escuchado todavía fuera de la película, se hace bastante notoria porque es una composición muy juguetona, que se siente muy tecnológica, y que juega con el leitmotiv de "Tetris" continuamente formándolo, deshaciéndolo y recomponiéndolo de todas las maneras posibles y que, al final del día, sirven para que la película consiga ese efecto de entretenimiento divertido que no deja de ser tanto su mejor como su peor baza.

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Iker González Urresti