"Secretary" es un ave rara dentro del cine de una industria usamericana tendente más al recato y al puritanismo. Tuvo que ser el circuito independiente el que alumbrara esta película que se basa en una relación tortuosa, sadomasoquista y de dolor el puro placer sexual, apareciendo representado en la figura de Lee, una chica que encuentra la relajación en sus autolesiones que derivarán en una relación sado cuando trabaje como secretaria para las ordenes de un abogado que acaba de vivir un fracaso matrimonial.
Si Lee sustituye la autolesión por el sexo sadomasoquista, la figura del abogado encuentra en esta posibilidad que le aparece de la noche a la mañana como una vía para superar sus complejos de inferioridad frutos de un matrimonio que terminó. Aquí el amor no se traduce en besos, sino en azotes. Un amor violento con alguna escena de alto voltaje entre una chica que disfruta de su papel de sumisa frente al dominador, que curiosamente es finalmente el más débil de los dos ya que es quien cae atrapado en el juego y en la tela de araña elaborada por la protagonista.
Steven Shainberg, que años después rodaría “Retrato de una obsesión” con Nicole Kidman, definió a su película como la mayor perversión sexual americana. Nada extraño con un argumento políticamente incorrecto, como el caso de esta mujer que se realiza a través de la violencia inflingida sobre todo en el caso de los azotes en las nalgas. Y es que el director no quería hacer una película sexualmente explícita como otras que trataron también relaciones sado como "Portero de noche" o “El último tango en París” sino dibujar toda una carga erótica que está más en la mente de los protagonistas que en su plasmación real alejada de los cánones sexuales socialmente aceptados.
James Spader fue este abogado, antes de ser el de "Boston Legal", encadenando también un personaje con ciertas tendencias sexualmente plasmables como el voyeur que encarnó en "Sexo, mentiras y cintas de video". A pesar de todo, el mérito se lo lleva una Maggie Gyllenhaal que dejó de lado su imagen candorosa para ofrecer un personaje ávido de pasión, deseosa de dolor...
Pues he de confesar, compa Coronado, que cuando la ví en su día me resultó bastante decepcionante; tenía muy buenas referencias de ella, referencias que apuntaban a esas líneas que planteas en tu reseña, incidiendo en su carácter transgresor y en lo original de sus planteamientos, pero, personalmente, me pareció un ejercicio bastante más pretencioso que rompedor. En fin, cuestión de visiones.
¿En qué circunstancias cualquiera de nosotros podría transformarse en un asesino en serie? Es inquietante que las haya. Hay novelas que no se conforman con contar una historia y esta es una. Al margen de la serie de novelas que ha hecho popular a este escritor, y que el año que viene se estrenarán como serie de televisión, es la novela más incómoda y estimulante de Jo Nesbø, y también una de las más arriesgadas. El autor noruego más popular de la novela negra abandona su territorio habitual para situar la acción en el Medio Oeste de Estados Unidos, un lugar poco frecuentado por la ficción criminal internacional, pero clave para entender la América contemporánea. Allí, en un estado marcado por la herencia escandinava que afecta incluso a la propia familia del autor, el frío extremo y una identidad cultural muy reconocible (los hermanos Coen, Bob Dylan o Prince), Nesbø construye una historia que va mucho más allá de una cadena de asesinatos.
El Gremio de Actores (SAG) abrió el camino con su paso a Netflix y en ese momento ya todos intuíamos que estábamos ante un punto de inflexión para un cambio de modelo que deja atrás a los medios tradicionales. Ahora son las plataformas e internet las que mandan y es conocida la preocupación que ha habido en distintos sectores por el alcance de una audiencia fragmentada que ahora recala en nuevos formatos. La Academia de Hollywood ha anunciado hoy en nota de prensa que a partir de 2029 (la que será la 101ª edición de los Oscar) la gala será retransmitida en directo y en abierto a todo el mundo a través de YouTube. Ya habrá tiempo para verlo pero... ¿significará que ya no irrumpirá la música para cortar discursos de los ganadores? ¿Se eliminarán los continuos bloques publicitarios? ¿Se recuperarán los Oscar honoríficos? ¿Volverá a ser un evento que recupere cierta cinefilia en lugar de querer convencer al espectador más masivo?
La "shortlist" es uno de los anuncios más esperados en la carrera al Oscar y no hace más que indicar que las nominaciones ya están cerca siendo los académicos los que empiezan a tomar la palabra poniendo las cosas en su sitio para hacer frente al ruido de las Asociaciones de Críticos y los oscarólogos de nueva cepa. En esta ocasión se ha revelado las que continúan en el camino en 12 categorías (respecto al año pasado se añaden dirección de casting y fotografía). "Sirat" marca todo un hito estando presente en 5 apartados, cifra que no logra ninguna de sus rivales de cara al Oscar a la mejor película internacional, no redondeándose la jugada para la cinematografía española ya que "Tardes de soledad" no ha pasado el corte entre los 201 documentales que iniciaban la carrera al Oscar pero sí que lo hace el corto animado "El fantasma de la Quinta" de James A. Castillo. Un trabajo sobre los tormentos del pasado que se le aparecen a un exhausto, solitario y enfermo Francisco de Goya que realizará las Pinturas Negras en las paredes de su hogar como último recurso para combatir tanto las visiones como la angustia que le corroe.
Un año de enormes y sentidas pérdidas cinematográficas nos tenía preparada otra noticia luctuosa añadida de sordidez truculenta. Es lo que acompaña a la muerte del director, guionista, productor y actor Rob Reiner cuyo cuerpo, además del de su esposa Michele Singer, ha sido encontrado acuchillado en su mansión de Brentwood (California) asesinados, como ha terminado confirmándose, por su hijo Nick. A Rob Reiner debemos algunas de las películas más generacionales de una época que le hizo encadenar unos años dorados entre mediados de los ochenta y los primeros noventa. Tenía 78 años y era hijo de un tótem del espectáculo estadounidense como Carl Reiner (figura a la que admiraba pero que también le intimidaba y sobre la que fue capaz de emerger) y la cantante y actriz ocasional Estelle Reiner para la que contó en la escena más reconocible de una de sus grandes obras, “Cuando Harry encontró a Sally” (1989), absoluto clásico de la comedia romántica contemporánea en el que precisamente se conocieron Rob Reiner y Michele Singer. Allí iniciaron su propia historia de amor que llevó a que fruto de su flechazo la cinta incluso terminara con un final más esperanzador del previsto.
Pues he de confesar, compa Coronado, que cuando la ví en su día me resultó bastante decepcionante; tenía muy buenas referencias de ella, referencias que apuntaban a esas líneas que planteas en tu reseña, incidiendo en su carácter transgresor y en lo original de sus planteamientos, pero, personalmente, me pareció un ejercicio bastante más pretencioso que rompedor. En fin, cuestión de visiones.
Saludos cordiales.