Cine en serie: "The americans", la familia en la Guerra Fría

Cine en serie: "The americans", la familia en la Guerra Fría

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Querido primo Teo:

Al hablar de "The americans" estamos hablando del probablemente mejor estreno de la temporada. Se trata del nuevo drama de FX, canal minusvalorado pero que lleva varios años haciéndolo bien con series de la calidad de “Sons of anarchy”, “Justified”, “Lights out”, “Louie” o “American horror story”, que se ha convertido últimamente en una de las niñas mimadas de la crítica y los premios, siendo una de las favoritas a estar entre las nominadas a mejor miniserie en los próximos Emmy. Si continuas leyendo te intentaré desvelar algunas de las claves del éxito de la serie, aunque te advierto, primo, que puedes encontrarte algún spoiler, así que lee bajo tu propia responsabilidad.

“The americans” está creada por Joe Weisberg, antiguo agente de la CIA, quién anteriormente a esta sólo había realizado tres guiones para “Falling skies” y uno para “Daños y perjuicios”, y que se inspiró en la detención en 2010 de diez espías rusos que vivían en EEUU haciéndose pasar por ciudadanos americanos para idear la serie, aunque ambientaría la acción a los años 80 por ser la mejor época para ambientarla en pleno gobierno Reagan con su cruzada contra la URSS.

La serie nos traslada a Washington a principios de los años 80 en plena Guerra Fría entre la URSS y los EEUU, al frente de los primeros Leonid Brézhnev, mientras que al mando de los segundos se encontraba Ronald Reagan, cuyo gabinete se encontraba desarrollando la iniciativa conocida popularmente como “La guerra de las galaxias”. Expuestos estos datos históricos, la serie nos va a poner en la piel de Philip y Elizabeth Jennings, una pareja con 15 años de matrimonio, con dos hijos y que dirige una agencia de viajes, pero que realmente forman parte del Directorio S del KGB, compuesto por espías soviéticos entrenados desde jóvenes para hacerse pasar por ejemplares ciudadanos americanos. La cosa se complicará cuando Stan Beeman, un agente de contrainteligencia de la CIA que estuvo varios años infiltrado en un grupo supremacista, se muda junto a su familia a la casa de enfrente.

Un drama familiar con trasfondo de espías

Desde el anuncio de la serie, desde muchos sectores se han hartado de comparar “The americans” con “Homeland”, insinuando que esta sería la reacción de FX a la serie de Showtime, e incluso minusvalorándola por ello, como sí la serie de Alex Gansa y Howard Gordon fuera la primera en tratar el tema del espionaje, y más cuando un año antes del estreno de esta AMC estrenaba la excelente y llorada “Rubicon” con la que “Homeland” guarda ciertas similitudes, o mucho antes de estas hemos visto series como “24” o incluso “Alias”. Ahora bien, más allá de este apunte ¿guardan tantas similitudes ambas series para que haya esta comparación continua? La respuesta es no, más allá de que el tema que tratan ambas es el espionaje (y teniendo en cuenta que los medios de aquella época y ahora son muy distintos), apenas tienen puntos en común, teniendo incluso “The americans” más similitudes (salvando las distancias) con una serie, a priori, muy distante en temática como “Mad Men” que con la última ganadora de los Emmy, ya que al igual que la series de los publicistas de Madison Avenue se trata de una serie con una lograda ambientación retro, que te ayuda a sumergirte mejor en lo que se cuenta, que posee un ritmo pausado, y unos afinados guiones que evitan avanzar a golpe de giros de guión o cliffhangers, ya que su principal interés es el profundizar en sus personajes dejando la aparentemente trama central (en un lado la publicidad, en el otro el espionaje) como un mero trasfondo que le ayude en ese objetivo, algo que en “The americans” se va a llevar hasta el final con todas sus consecuencias, cuando en el último capítulo se evita concluir con un cliffhanger innecesario, forzado e ilógico como ha ocurrido en otras series (la quinta temporada de “Breaking bad” saluda) cuando todo parece que va a concluir así, y de esta manera tenemos un final en que no pasa nada revelador, pero que sin embargo deja un mensaje importante, el del comienzo de las sospechas de la hija del matrimonio, que suponemos será uno de los puntos importantes que se tratarán en la siguiente temporada.

“The americans” es un drama familiar que pretende principalmente indagar sobre el matrimonio, las relaciones y la familia, pero también se sumerge en los diferentes dilemas de los personajes, y así irán diseccionándolos capítulo a capítulo, principalmente a través de un matrimonio que realmente no es tal pero que tras quince años juntos están empezando a conocerse y a sentirse afecto, e incluso algo más, y que se empiezan a plantear qué futuro les deparará a sus hijos, y si estos sentimientos pueden estar por encima del de la lealtad a la patria. Así igualmente lo exploran a través de los ojos de Stan que, tras tantos años apartado de su familia, ahora de regreso con ella se siente un extraño, siendo el trabajo lo que le permite huir de ello, y lo que le lleva a los brazos de otra, que se encuentra jugando un doble papel, la situación en la que hasta hace poco estaba él. Además, pese a que la serie se centra principalmente en estos tres personajes, también veremos cómo exploran esas relaciones y sentimientos el resto de secundarios.

Aunque todo esto no quiere decir que la serie carezca de acción o la tensión propia del tema que trata, ya que tenemos misiones en todos los capítulos, pero estas se tratan más de manera procedimental, incorporando alguna circunstancia histórica (como el atentado a Reagan), que como una verdadera trama central, ya que lo importante y lo que quieren tratar en la serie es lo otro, siendo realmente estas misiones el vehículo adecuado para poder evolucionar esas tramas.

El predominio de los grises

Uno de los puntos fuertes de la serie es su neutralidad, tratando la serie de lo que trata siempre puede haber la tentación de convertirla en propaganda patriótica norteamericana, pero ya para empezar los dos protagonistas son del bando contrario, espías leales a su país con los que no cuesta identificarnos rápidamente, e igualmente nos muestran que muchas de las acciones realizadas por el Gobierno y la CIA no son precisamente las más honorables. Y es que de manera muy acertada nos encontramos aquí ante una serie de grises, no hay buenos ni malos (o al menos no se nota la diferencia), ni blancos ni negros, únicamente hay personas que buscan lo mejor para los intereses suyos y de su patria, y como tales son capaces tanto de lo mejor como de lo peor.

Nos identificamos con la pareja protagonista porque los vemos en su día a día, vemos sus sentimientos, pero igualmente, y aunque puedan tratar de justificarla porque son órdenes, les vemos realizar acciones atroces como matar a alguien a sangre fría o jugar vilmente con los sentimientos de otras personas condenándolas en algunos casos a una vida desdichada (pobre Martha). De igual manera es fácil encariñarse de Stan, el antagonista, pero a él también le vamos a ver cometer varios actos moralmente reprobables, como extorsionar a una trabajadora de la embajada soviética para que espíe para ellos poniéndola en grave peligro para luego cometer adulterio con esta misma, entre otras cosas.

Grandes interpretaciones, personajes bien perfilados

Una de las cosas que menos convencía al anunciarse la serie fue el conocer su pareja protagonista, ni Keri “Felicity” Russell, ni Mathew Rhys, uno de los integrantes de la pareja gay de “Cinco hermanos”, parecían los más preparados para llevar casi todo el peso de la serie, pero sin embargo han sabido llevar adelante sus papeles de una manera más que notable, y mostrando una gran química en pantalla que han convencido hasta al último escéptico.

Además de estos, hay que destacar el enorme trabajo de los secundarios destacando a Noah Emmerich (al que muchos recordarán de “El show de Truman”) que con su gesto austero compone un personaje obsesivo y muy humano, y que no habría que descartar para la carrera de los Emmy, y a la gran Margo Martindale, la Mags Bennett de “Justified” que, al igual que en la serie de Graham Yost, interpreta a un personaje de apariencia maternal pero temible en la realidad, y que va a gozar de algunos de los mejores diálogos y escenas de la serie (cómo algunas del capítulo final). Aunque realmente nadie desentona en el reparto, desde un Derek Luke que aparece en sólo tres capítulos pero que logra un gran presencia en pantalla, una Annet Mahendru y su aparente fragilidad, e incluso los propios niños que, a diferencia de lo que ocurre en muchas series, no sólo no estorban ni son repelentes, sino que además cumplen con solvencia sus papeles.

En general todo esto nos deja con una serie de excelente factura, que empieza de manera tímida, pero que capítulo a capítulo va de menos a más, y que a dar lugar a un producto de resultado muy satisfactorio, gracias a su solventes interpretaciones y a un brillante guión que maneja bien la tensión, y que cuenta con unos personajes y diálogos muy cuidados. Una serie de calidad y que promete mucho más de cara al futuro. Junto a “Rectify”, el mejor estreno del año.

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