Oliver Stone y Gordon Gekko vuelven a pisar el parqué de Wall Street

Querido Teo:

¿Si Oliver Stone vuelve con "Wall Street" porqué no voy a volver yo a escribirte?. ¡Y después de pensar esto, aquí me tienes de vuelta!. Y no es que quiera empezar con mal pie pero, si te digo la verdad, creo que, para mí, esta es la conclusión más positiva que se puede sacar de esta segunda parte rodada por Stone. Mucho se habló cuando aparecieron las primeras imágenes de Michael Douglas encarnando de nuevo a Gordon Gekko. Si en la primera película el prota, según el guión, era Bud Box (es decir Charlie Sheen), las 2 horas de película hacían que uno terminase enamorado del economista sin escrúpulos. Por eso, en 120 minutos, Gordon Gekko se ganó el derecho a tener una “segunda parte”. Y aunque Oliver se ha esforzado en que esta peli pueda ser vista como una peli independiente, desde aquí te aviso Teo, yo que tú antes de irte al cine, me vería otra vez la primera parte. Los guiños y cameos son, seguramente, lo mejor de “Wall Street 2”. No te los voy a destripar que se que eso te molesta mucho… lo dejo para que los curiosos tengan algo con que entretenerse.

La peli retoma la vida de Gekko 20 años después de donde la dejó en la primera parte. A partir de ese momento, esta película parece que revive plano a plano la de 1987, eso sí, con ordenadores de última generación, micro-teléfonos móviles y, cómo no, con la mayor crisis financiera desde 1929 como telón de fondo. “Wall Street 2” ya existía como proyecto antes de 2008. Cuando estalló la burbuja financiera y cayó Leman Brothers (en la película la empresa de Zabel), los productores vieron un filón en ese nuevo escenario. Convencieron a Oliver Stone para transformar su proyecto. El resultado es una mezcla de ficción y realidad. Una película en la que vemos reflejado todos y cada uno de hechos que nos han llevado a estas crisis pero con nombres y caras de ficción. El sueño de la burbuja encarnado por el actor de moda en Hollywood. Shia LaBeouf se vuelve a subir a la moto para volver a interpretar un papel que le sigue quedando grande. El que se postulaba como nuevo “chico de oro”, no pasa de ser, para algunos, una cara bonita heredera de Harrison Ford en “Indiana Jones”. Como era de esperar el joven emprendedor se queda en segundo plano con un grandísimo Michael Douglas haciéndole sombra (como te he dicho antes, ya le pasó a Charlie Sheen en la primera parte). Eso sí seguro que Shia dice “¡que me quiten lo bailao!”. Mientras preparaba el papel con un grupo de inversores (que por cierto acabaron pasando por comisaría por actividades fraudulentas), Shia invirtió 15.000 dólares para probar cómo funcionaba la bolsa. Pues bien, no entraremos en si usó información privilegiada como hizo Gekko en la primera parte, pero el caso es que el chico se embolsó medio millón de dólares…. Como para no estar contento de que Oliver contase con él para este proyecto…

Pero si en el reparto pasa desapercibido Labeouf y destaca Douglas, no nos podemos olvidar de dos actores más: Carey Mulligan que vuelve a poner su cara más dulce para interpretar a la hija de Gekko; y Josh Brolin. En un papel inicialmente pensado para Javier Bardem, Brolin toma el relevo en esta cinta para ser el malo-malísimo, dentro de un mundo de malos.

Una apuesta esta de Oliver Stone que parece haberle salido bastante rentable, si hablamos de economía. Con un presupuesto de 70 millones de dólares (la primera parte costó 15 millones), hizo casi 20 millones en taquilla el primer fin de semana. Así que, aunque no le haya salido una peli muy redonda, Stone no se puede quejar. “Wall Street 2: el dinero nunca duerme” le abrió las puertas hasta del Festival de Cannes. Lo dicho, no se puede quejar.

Martajar