"Una casa llena de dinamita"
La web oficial.
El argumento: Cuando un misil de origen no identificado es lanzado desde mitad del océano Pacífico en dirección a Estados Unidos, la Casa Blanca comienza una carrera contrarreloj para determinar quién es el responsable y cómo actuar en respuesta.
Conviene ver: “Una casa llena de dinamita” es el nuevo trabajo de Kathryn Bigelow ocho años después, respaldada por Netflix, con un proyecto que combina tensión política y drama humano y que presenta una estructura a lo "Rashomon" sobre tres segmentos de 18 minutos (el tiempo estimado que transcurre entre el lanzamiento inesperado de un arma nuclear desde el Pacífico por parte de los observadores militares y su llegada prevista a Chicago) que capitalizan la acción desde diferentes puntos de vista. La película recrea los minutos previos a un posible ataque nuclear por un misil que se dirige contra Estados Unidos, siguiendo al presidente (Idris Elba), su equipo militar y asesores mientras gestionan la crisis en salas de emergencia. Escrita junto a Noah Oppenheim, y con la baza de la fotografía de Barry Ackroyd, el montaje de Kirk Baxter y la música de Volker Bertelmann, la cinta equilibra el rigor procedimental con la dimensión humana de los personajes, mostrando tanto la presión extrema como la vulnerabilidad personal que acompaña a quienes toman decisiones que podrían cambiar el destino del mundo. Una historia sobre la ética y la responsabilidad de los que nos gobiernan y la amenaza siempre latente de un ataque nuclear con el miedo a no saber quién apretó el botón y quien puede ponerle fin a una espiral de destrucción así como el hecho de hasta qué punto está justificada una defensa preventiva. Kathryn Bigelow vuelve a explorar la situación política internacional a través de la posibilidad de un episodio nuclear de escalada imprevisible emergiendo frente a la confianza de aquellos que pensaban que por parecer poderosos y por ostentar una fachada imperialista de suficiencia quedaban ya de por sí protegidos frente a los demás. Kathryn Bigelow juega con la tensión extrema pero, como suele ser habitual, yendo más allá y de manera lucida no queda exenta de patriotismo pero cuestiona el papel y la capacidad de los que nos gobiernan y las políticas de un país sostenido en la proliferación de armas, ademanes invasores y en acciones estratégicas hacia el exterior desestabilizando el tablero geopolítico mundial y generando una escalada de violencia sin fin pudiendo llevar al extremo de la propia extinción de la especie humana con la cada vez mayor presencia de armas nucleares como elemento de disuasión pero también de permanente amenaza.
“Una casa llena de dinamita” es tensión, nervio y reflejo de un tiempo de desconcierto en el que a pesar de los avances sociales y tecnológicos da la impresión de que como humanidad quedamos a merced de amenazas aniquiladoras fruto de la subida al poder de un loco megalómano y de cómo los políticos, los agentes de seguridad, el ejército o la comunidad científica pueden ponerle freno. “Una casa llena de dinamita” encaja como un puzzle en el que las conversaciones y tensión generada y compartida entre los militares, el mando estratégico y el presidente de los Estados Unidos, con el fin de neutralizar a los enemigos teniendo que primar las decisiones rápidas y certeras tirando de aplomo y determinación, casa como un todo en una estructura que ayuda a unir piezas pero que no puede evitar que el mayor impacto se lo lleve el primero (protagonizado por Rebecca Ferguson) quedando los otros dos como una reafirmación de las estructuras de defensa y los dilemas éticos a los que se enfrentan aquellos que tienen que tomar decisiones; especialmente en el caso de un presidente que tira de bonhomía entre campañas y eventos pero que nunca piensa que va a llegar el momento de tomar una decisión trascendental. Lejos de centrarse en una administración concreta, estando más preocupada por el hecho de las armas nucleares que por la incompetencia y megalomanía de los propios políticos, el film reflexiona sobre el riesgo global del arsenal nuclear y el poder absoluto concentrado en una sola persona para autorizar su uso generando una sensación de angustia que en la cinta se acrecienta no sólo por el tiempo a contrarreloj sino por la impotencia y la preocupación real que genera lo que se ve en pantalla. Completan el reparto Jared Harris, Tracy Letts, Gabriel Basso, Anthony Ramos, Greta Lee, Jason Clarke, Moses Ingram y Jonah Hauer-King en un conjunto coral que aporta verosimilitud y dinamismo. Se celebra este thriller de suspense crudo e inmersivo en el que Bigelow no ha perdido su esencia: resolutiva, enérgica y capaz de generar tensión constante apostando por la precisión en clave documental. Aunque con ciertos momentos excesivamente melodramáticos, el film funciona como una llamada de atención contra la autocomplacencia y el olvido de la fragilidad humana frente al poder extremo.
Conviene saber: A competición en el Festival de Venecia 2025 y vista también en el Festival de Nueva York 2025.
La crítica le da un SIETE

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