Cuando Chaplin se decidió a dar el salto al largometraje su vida personal no estaba tan boyante como si se encontraba su carrera. Si por un lado ya había logrado tener su primera empresa productora, la United Artists junto a Douglas Fairbanks, Mary Pickford y David W. Griffith, gracias a la sugerencia del yerno del presidente Wilson, que veía como una gran oportunidad que los actores fueran productores de sus propias películas, su matrimonio con la joven de dieciséis años Mildred Harris, con la que se había casado tres días después del estreno de "Armas al hombro", no iba como esperaba. La lucha entre su vida y su obra había comenzado a desatarse.
Eran grandes noches: cenas en el Hotel Alexandria, combates de boxeo en Vernom, bromas con el grupo de amigos de Fairbanks, etc... Al volver a casa el Chaplin joven y triunfador quedaba atrapado dentro de su propio matrimonio. Un matrimonio de conveniencia con el que Mildred sólo quería dar el salto a Hollywood, para eso era la mujer de Chaplin. Tras continuos episodios de chismes y escándalos que saltaron a la prensa, la muerte a los tres días de su nacimiento de un hijo fue el detonante para el matrimonio que anunciaba su divorcio en Agosto de 1920 con las acusaciones de Mildred que se basaban en la crueldad mental a la que, según ella, le había sometido Chaplin.
Chaplin preparaba su primer drama al uso, su primer largometraje. “El chico” no sería lo mismo sin Jackie Coogan, el niño de seis años que Chaplin convirtió en estrella tras descubrirlo en la compañía ambulante de sus padres que actúo en Los Ángeles una noche en la que Chaplin era un espectador más en el patio de butacas. Encantado con su espontaneidad, le contrató para hacer de extra en “Un día de placer”, corto en el que Coogan se foguearía delante de las cámaras. Cuando tenía claro que rodaría “El chico”, Chaplin moldeó a ese niño con mucha paciencia convirtiéndolo en una sensación en la época, aunque nunca lograría superar su etapa de éxito en la infancia y murió olvidado a los 69 años en 1984.
El divorcio de Chaplin de Mildred interrumpió la filmación de la película. “El chico” corría peligro de que fuera embargada. Los abogados de Chaplin le alertaron de que la decisión de la mujer de airear los trapos sucios del matrimonio podría poner en peligro la continuidad de la película ya que en ello se escudarían los productores para evitar pagar a Chaplin el suplemento por rollo que implicaba un largometraje. Al negarse Chaplin, utilizar a Mildred era la mejor arma para amenazar a Chaplin con el embargo.
Como si de una aventura de Charlot se tratara, Chaplin huye con el negativo de la película a Salt Lake City donde la monta y la estrena en un pequeño cine local con éxito. Con el film ya terminado presenta “El chico” a los productores de Nueva York que para quitárselo de encima (confiando que la película nunca llegaría a estrenarse por actuación judicial) le conceden el 50% de los beneficios así como la vuelta del film a su propiedad a los cinco años. La maniobra final fue huir del hotel en el que se alojaba disfrazado de mujer para que los guardias no incautaran la película.
El salto de estas noticias a los periódicos humaniza todavía más al personaje y a la persona, que lo ven como el fiel representante de las clases bajas que se antepone a los designios de la autoridad abusiva. Finalmente el divorcio se firmó el 19 de Noviembre de 1920 con cien mil dólares de indemnización para Mildred más una pensión.
“El chico” se estrenó en Nueva York el 6 de Febrero de 1921 con un rotundo éxito. Chaplin no sólo era un comediante sino que con el drama tocaba los puntos más sensibles de la sociedad. Y es que todavía tiene una actualidad absoluta con las decisiones judiciales en lo referente a las adopciones de los niños. En esta película, a partir del primer rótulo en el que se expresa que el film es para provocar una sonrisa, o tal vez una lágrima, la narración utiliza todos los registros para entender el abandono, el sentido social de la maternidad, el acogimiento, la educación, la caridad, la actitud de las instituciones y el cariño de los padres adoptivos.
Pocas escenas más conmovedoras y crudas ha dado el cine (con un gran recurso musical por parte de Chaplin) como aquella en que las autoridades arrebatan al niño de Charlot y, el vagabundo, ante la impotencia del tesoro que le arrebatan ve, con sus ojos vidriosos burlando a las autoridades y trepando por los tejados, como se llevan a ese hijo no de sangre, pero si afectivamente, al que le ha depositado el amor más sincero y desinteresado que un padre podría dar a un hijo. Una de las escenas que mejor definen a la obra de Chaplin, así como su vida propia basada en una infancia llena de miseria, sin referencias paternas muy recomendables, y en el que las autoridades eran más el enemigo que el apoyo en el que sustentarse. En “El chico” se dan la mano el personaje y la infancia del autor. Dos mundos paralelos que se han encontrado y que no pueden vivir el uno sin el otro desde el momento en que se conocieron.
La película es una crítica social feroz que defiende el sentimiento de los pobres, del que carece el Estado representado por la asistencia social. El film fue tachado por algunos sectores de anarquista y disolvente, mensaje que unos Estados Unidos que estaban en plena época de prosperidad no estaban dispuestos a compartir. El éxito de la película fue tal, con un beneficio de dos millones y medio de dólares, que no se pudo iniciar ninguna acción contra Chaplin porque ello habría significado echarse en contra a la ciudadanía. Chaplin era el héroe del pueblo.
En esta edición del podcast “El Cine de LoQueYoTeDiga” recordamos con Mary Carmen Rodríguez a Maggie Smith, la gran dama británica convertida en patrimonio cultural a través de varias generaciones y que deja un vacío enorme pero un recuerdo lleno de agradecimiento y cariño. Resumen del Festival de San Sebastián 2024 y en Leer cine, la biblioteca sonora de Carlos López-Tapia, “La vida íntima” de Niccolò Ammaniti. In Memoriam dedicado a Kris Kristofferson y las recomendaciones de Colgados de la plataforma. Spooky a los mandos técnicos. ¡Muchas gracias por escucharnos!
A los 72 años ha fallecido uno de los nombres más queridos del cine francés. El actor Michel Blancdestacó sobre todo en la comedia teniendo que mencionar especialmente su trabajo como el ligón patoso Jean-Claude Dusse en “Los bronceados” (1978) y en sus dos secuelas. En su expediente figuran 8 nominaciones al César por distintas facetas como la interpretación, el guión o la dirección (fue candidato por su ópera prima como realizador “Marche à l’ombre” en 1985) saliendo ganador como actor de reparto por “El ejercicio del poder” en 2011 y siendo receptor del premio honorífico en 2021 por pertenecer al grupo de Le Splendid, el café-teatro del barrio de Montparnasse de París.
El otoño ha llegado a Sitges con el inicio del Festival. Los que llegamos el miércoles por la mañana lo hicimos con un calor sofocante y en cuestión de un par de horas tuvimos que ponernos la chaqueta. Lo que no logre el Festival de cine no lo logra nadie. Y aquí seguimos, con la chaquetita puesta desde por la mañana y no sólo dentro de las salas de cine. La inauguración de este año tenía como plato fuerte la presencia de un grande entre los grandes. Steven Soderbergh ha sido el encargado de dar el pistoletazo de salida a la nueva edición con su film “Presence”.
Una nueva edición de Sitges por descubrir en la que, sin menospreciar al resto, podríamos decir que el bombazo del año será el oscarizado Geoffrey Rush, que recogerá un Gran Premio honorífico en el marco de la presentación de su última película, "The rule of Jenny Pen", que forma parte de la sección oficial a competición. Conocemos también ya las películas que darán el pistoletazo de salida y el colofón final a 10 días de Festival. La primera, "Presence", lo nuevo de Steven Soderbergh que nos visitará. La segunda, "Nunca te sueltes", de Alexandre Aja, protagonizada por Halle Berry. Ganador de tres premios en 2004 con "Alta tensión", el cineasta recibirá un premio Màquina del Temps.