"Beau tiene miedo"
Cargando...
La web oficial.
El argumento: Beau es un hombre que tendrá que enfrentarse a sus miedos y paranoias al aventurarse en una épica odisea para llegar a casa de su controladora madre.
No conviene ver: "Beau tiene miedo" parte del corto “Beau” (2007) del propio Ari Aster y que supone una mirada a la ansiedad y la locura de una mente torturada en un trabajo de tres horas en la que se muestra la ansiedad paralizante, la amargura y el humor negro de una relación tóxica entre un hijo y su madre castradora sustentada en el hecho de no querer decepcionar a los suyos. Un nuevo episodio en la colaboración entre el director Ari Aster y el sello A24, un director que no deja indiferente, en la que se vuelve a poner el foco en nuestros miedos, en este caso los más terrenales y cotidianos sin necesidad de introducirse en el secreto familiar de una casa o asistir a la luminosidad de una celebración pagana. Un trabajo excesivo y muy personal, sin la capacidad de asentar imágenes iconográficas como en sus anteriores trabajos, en el que se da rienda suelta a la libertad creativa del autor, para bien y para mal, en una cinta claramente heredera del cine de Charlie Kaufman pero también del "Southland tales" (2006) de Richard Kelly o del "Under the silver lake" (2018) de David Robert Mitchell en la que asistimos a la deconstrucción de la psique de un personaje torturado que patina por su pretenciosidad de autor. Hay riesgo e intenciones de sorprender pero también de petulancia que desespera al espectador ante un metraje interminable que asfixia al mismo tanto como su madre al protagonista encarnado por Joaquin Phoenix, un tipo gris y paranoico desde la infancia que vive entre la culpa, el fracaso y el fatalismo en un viaje por una personalidad llena de traumas y jalonada por ideas irregulares y metáforas más forzadas que ocurrentes en relación al sexo o a la ausencia de un padre a partir de la psique de alguien adicto a las pastillas para superar su dolor, un símbolo de un siglo XXI de desorientación vital. Un reencuentro entre madre e hijo debido al cumpleaños de la primera y que no puede dar más ansiedad al Beau del título surgiendo una serie de situaciones y personajes a cual más perturbador huyendo de su realidad a partir de los caprichos de una mente enferma conectando con los miedos más profundos. Una pesadilla desazonadora y áspera con estética de cómic underground y con tendencia a lo grotesco sobre alguien que no sabe que hace en el mundo y que no es más que una marioneta en su propia vida. El mensaje de surrealismo freudiano queda claro, y se valora que se intenta innovar y a utilizar diferentes recursos formales, pero patina la ejecución por ínfulas y ego en esta terapia fílmica insufrible y desquiciada que pierde por su falta de elegancia y sugerencia en un salto sin red por parte de un Ari Aster desbordante, desbarrado y, aun así, magnético por su tono hilarante, demencial y agresivo para cualquier convencionalismo fílmico y narrativo que nos lleva al terreno de la experiencia alucinógena.
Conviene saber: Es lo nuevo del director de "Hereditary" (2018) y "Midsommar" (2019).
La crítica le da un TRES
