Cine en serie: "KaDeWe", la gran serie de la televisión pública alemana

Querido Teo:

El tercer lugar más visitado de Berlín, después del Parlamento y la Puerta de Brandemburgo, son los KaDeWe, los grandes almacenes más extensos de Europa y escenario de una de las series más atractivas de las estrenadas los últimos meses: Kaufhaus Des Westens (Grandes Almacenes del Oeste), abreviado, KaDeWe.

El otro espacio histórico que da título a los seis capítulos de la serie es Eldorado, el nombre que han ido heredando por lo menos cinco locales de ambiente LGBT del período de entreguerras en Berlín. Ningún otro local tiene tantas fuentes de información y fotografías como las que existen sobre los diferentes Eldorado.

Es tan triste como simbólico que los KaDeWe, los grandes almacenes situados en la Tauentzienstrasse, constituyan una de las pocas continuidades con el Berlín de la juventud de los alemanes de antes y después de la destrucción de la II Guerra Mundial. Por esa razón el estreno de la serie en Alemania fue todo un acontecimiento y se unieron los esfuerzos de dos grandes productoras para resucitar el ambiente y los paisajes hasta donde fuera posible.

Los 60.000m² de los KaDeWe, desde su apertura en 1907 gracias al esfuerzo y dedicación del empresario judío Adolf Jandorf, se precian de que se encuentra todo lo que se desee. La serie muestra ese esfuerzo que llega hasta hoy, porque en estos momentos cuenta con más de 380.000 artículos diferentes.

En la entrada recibe un portero con sombrero de copa, y la información sobre lo que se vende está en siete idiomas. Es famoso el bulevar de lujo entre joyas y relojes de la planta baja, y es legendaria la sección de delicatesen en la sexta de las siete plantas. Más de 100 cocineros y 40 reposteros preparan en más de 30 stands de gourmet especialidades culinarias de todo el mundo. Con capacidad para más de 1.000 personas, el KaDeWe es el restaurante más grande de la ciudad.

En esta serie situada hace cien años, los almacenes sirven para acoger la utopía del amor, el anhelo de mejora y la esperanza de conseguirlo que convirtió a dos ciudades de tamaño medio en el Berlín que atrajo a los artistas, intelectuales y comerciantes de todo el mundo. Se aprecia desde el primer momento el esfuerzo por dar a la mujer el peso que a menudo le niega la historia oficial. Estamos en 1920 y Alemania, y por tanto su capital, ha perdido a la mayoría de sus hombres jóvenes, caídos o discapacitados en las trincheras. El dato exacto lo ofrece uno de los personajes de la serie: "Las mujeres representan actualmente el 78% de la población de Berlín. Seiscientas mil viudas de guerra solo entre las de veinte y treinta años. Cuatro mujeres por cada hombre".

En la miniserie es palpable un esfuerzo por la veracidad que se expresa además con un cartel al principio de cada episodio, donde se indica que hay una parte histórica y otra ficticia, pero lo más peculiar es la mirada femenina inusual. Entre los propios historiadores, hasta el libro de Georges Duby y Michelle Perrot, "La mujer en Occidente", en 2000, no existían trabajos amplios sobre el peso de la mujer en la Historia. En el caso concreto de las obras escritas sobre la I Guerra Mundial, la mujer empieza a aparecer solo en las últimas dos décadas en libros como el de Christopher Clark, publicado en 2014, "Sonámbulos". Cómo Europa fue a la guerra en 1914.

La realidad es que los puestos de trabajo masculinos fueron ocupados temporalmente por mujeres, fábricas, bancos, toda clase de servicios, en un proceso de incorporación al mercado laboral que no se inaugura con la Guerra, pero que se desarrolla extraordinariamente con ella y que el fascismo intentará revertir.

Esta liberación incluyó las costumbres sexuales y la serie lo refleja, considerado por el nazismo como un claro síntoma de decadencia porque su visión del mundo era que la mujer debía estar apegada a las tres k: kinder, kirche, küche (niños, iglesia, cocina). Joseph Goebbels indicaba que “la mujer tiene el deber de ser hermosa y traer hijos al mundo, y esto no es tan vulgar y anticuado como a veces se cree. La hembra del pájaro se embellece para su compañero e incuba sus huevos para él”, lo que, en cierta forma, convierte a los pavos reales en pájaros subversivos.

La joven feminista Fritzi Jandorf lucha por un puesto de responsabilidad en la Junta Directiva de los grandes almacenes KaDeWe, que pertenecen a su familia, pero nadie ve a una mujer en un puesto importante, así que se ha nombrado a Harry, su hermano. Por otro lado, Fritzi se enamora de Hedi, una de las vendedoras del gran almacén, pero los suyos no verían bien una relación lésbica, así que mantiene absoluto secreto, y se reúne con ella en sitios permisivos, como el club Eldorado, escenario de fiestas de postín.

Julia Von Heinz, guionista, directora y responsable de la serie, ya mostró su preocupación por los neonazis en su drama "Y mañana el mundo entero" en 2020. En la presentación de la película en el Festival de Venecia, el equipo llevó máscaras con nombres de asesinados por fascistas y nacionalistas en las últimas décadas.

La serie se basa en la historia real de la familia judía creadora y propietaria de los KaDeWe. En 1932, un año antes de la era nazi, el 25% de los comerciantes minoristas alemanes eran de origen judío, mientras que la proporción de propietarios de grandes almacenes era del 79%. La emisión en Alemania ha sido polémica, ya que la compañía fue incautada por los nazis, y posteriormente no se les compensó de manera adecuada. La directiva actual de los almacenes ha protestado porque la televisión pública reivindique a la familia Jandorf.

Adolf Jandorf, el patriarca de la familia, copió la idea de los grandes almacenes tras un viaje a Estados Unidos donde ya funcionaban con éxito Steward, Macy's y Bloomingdale's. Comenzó con un pequeño local donde vendía objetos baratos de decoración para el hogar y el éxito le llegó al vender un millón de cojines bordados con el lema "Sólo un cuarto de hora". Con el capital conseguido se lanzó a almacenes cada vez más grandes hasta que, después de algunos años, dedicados a los almacenes para clases populares, inauguró en 1907 un edificio con 120 departamentos de productos para la clase adinerada y amante del lujo, y además los almacenes por primera vez contenían: “Peluquerías para mujeres y hombres, agencia de viajes, oficina de cambio, refrigerios y salones de té, así como estudio fotográfico y una biblioteca de préstamo". La inauguración incluyó una campaña publicitaria en los diarios con los primeros gráficos Art Nouveau de gran formato del artista Augusto Hajduk.

La serie contrapone la vida de clase alta en locales y tiendas de lujo, con los problemas de miseria que sufre la población, y el crecimiento del antisemitismo, que acabaría por forzar la salida de todos los miembros de la familia fundadora a otros países, tras la venta a la baja de sus posesiones y bienes. Se agradece la reconstrucción de la época, y que los personajes mantengan una actitud alejada de los dramatismos habituales para que el espectador empatice con facilidad.

Vídeo

Carlos López-Tapia