Cine en serie: "Mr. Loverman", el impacto de una clase magistral de interpretación
Querido Teo:
Hay series que se disfrutan, otras que se recomiendan, y algunas (pocas) que se agradecen. "Mr. Loverman" pertenece a esta última categoría. Y su grandeza se apoya en dos actores. Cuando "Mr. Loverman" aterrizó en las pantallas inglesas, no fue una adaptación más de una novela de éxito. Fue una bofetada emocional y política. Pone en el centro a un hombre afrocaribeño de 74 años, casado y con hijas, que vive en Londres y lleva toda una vida ocultando su homosexualidad. La historia, que entreteje décadas de represión, deseo, migración y racismo sistemático, tiene su fuerza en el duelo entre dos actores soberbios: Lennie James y Ariyon Bakare.
No hay que ser más que un aficionado mediano para comprender que no es una serie cualquiera y quedarse exhorto en las secuencias más complejas que enfrentan a los dos hombres. Tiene un tono clásico que se avanza en cada capitulo extrayendo una frase, una sentencia, sacada de la literatura, y que lo mismo corresponden a La Biblia que a Oscar Wilde o Platón.
Lennie James, conocido por "Line of duty" o "The walking dead", tiene un personaje para mezclar dignidad, dolor contenido y un carisma que parece venirle desde niño. Es una actuación contenida, sí, pero que en los silencios dice más que muchos diálogos. James, formado en una de esas escuelas de nombre y aroma victorianos, el Guildhall School of Music and Drama, lleva décadas haciendo personajes marcados por masculinidad defensiva. Aquí, despliega esa experiencia con elegancia devastadora: hay una vida doble, un miedo atávico, una melancolía pacífica.
Frente a él, Ariyon Bakare (actor de teatro shakespeariano al que se puede ver en "La materia oscura") se convierte en Morris, el amante de Barrington durante más de cincuenta años. Si James encarna la represión, Bakare representa la valentía y la espera. Su interpretación es un ejercicio de precisión sin clichés ni sobreactuación. Muestra lo que significa amar durante décadas en la sombra, resignado pero sin rendirse.
Uno ha elegido el secreto, el otro la espera; uno se refugia en la familia tradicional, el otro en una soledad digna. Sus encuentros son de una intensidad que he visto pocas veces. No es hipérbole decir que lo que hacen James y Bakare en pantalla merece estudiarse en las escuelas de Arte Dramático.
La serie sale de una novela de Bernardine Evaristo, una autora que se ha dedicado a dar voz a las identidades negras, "queer" y marginalizadas de Reino Unido. En el personaje de Barrington, construye un arquetipo nuevo: el del hombre gay afrocaribeño de la “Windrush Generation”, miles de caribeños negros que viajaron a Inglaterra después de la II Guerra Mundial porque se organizaron viajes baratos.
El Reino Unido necesitaba mano de obra. Gobiernos conservadores no aceptaron la condición de ciudadanos de estas personas y es un conflicto social que sobrevive. En nuestro presente audiovisual saturado de jóvenes "queer" blancos y urbanos, "Mr. Loverman" es una rareza refrescante y necesaria: una historia de amor maduro profundamente humano.
La buena recepción no se ha limitado a los círculos cinéfilos o literarios. Asociaciones LGTBIQ+ afrodescendientes han elogiado la serie como un hito representativo. El tema de la homosexualidad tardía (especialmente en hombres que crecieron bajo valores conservadores y religiosos) ha sido tradicionalmente ignorado tanto en la televisión como en los debates públicos. "Mr. Loverman" ha contribuido a romper ese tabú. La serie no da lecciones morales, pero toca emociones de las serias. Y en ese terreno es donde el impacto se siente.
La música también trabaja para reflejar tanto las raíces antillanas del protagonista como el entorno londinense en el que vive desde hace décadas con una mezcla de reggae y soul caribeños, algo de jazz y "lovers rock". El "lovers rock" es un subgénero británico del reggae que floreció en los años 70 y 80 entre la juventud afrocaribeña del Reino Unido. Canciones de artistas como Janet Kay, Carol Thompson, Maxi Priest o Louisa Mark suenan en momentos claves, envolviendo las escenas íntimas con calidez y sensualidad. Voy a ver si tiene lista de reproducción.... pero daría igual; basta con que llene esta serie que no debe pasar desapercibida.
"Mr. Loverman" puede verse en España en AXN
Carlos López-Tapia