“Estocolmo 1520. El rey tirano”
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El argumento: En 1520, el infame rey danés Cristián II, sediento de poder, está decidido a arrebatar la corona sueca a Sten Sture, cueste lo que cueste. Entre tanto, las hermanas Freja y Anne prometen solemnemente vengarse de los hombres que asesinaron brutalmente a su familia. Todo llega a su punto álgido en el corazón de Estocolmo, donde las hermanas se ven arrastradas a una despiadada lucha política entre Suecia y Dinamarca que culminará en el conocido como Baño de Sangre de Estocolmo, perpetrado por el apodado Cristián "el tirano".
No conviene ver: “Estocolmo 1520. El rey tirano” es una ambiciosa y provocadora coproducción escandinava que revive uno de los episodios más sangrientos de la historia nórdica: el Baño de Sangre de Estocolmo, en el que el rey danés Cristián II, recién coronado monarca de Suecia, ordenó la ejecución de cerca de ochenta nobles y clérigos suecos bajo la acusación de herejía. La película apuesta por una reinterpretación contemporánea de la tragedia histórica, pensada claramente para el mercado internacional. Con claras influencias visuales y narrativas de “Juego de tronos”, Quentin Tarantino, Guy Ritchie e incluso ecos del teatro shakespeariano, la cinta despliega un estilo barroco y desenfadado que mezcla batallas coreografiadas, humor negro y diálogos intencionadamente anacrónicos. Claes Bang encarna a un rey Cristián excesivo, colérico y grandilocuente, mientras que Jakob Oftebro, Ulrich Thomsen y Emily Beecham completan un reparto de alto calibre, entregado a la hipérbole dramática. Entre el rigor histórico y la licencia creativa, el filme introduce personajes ficticios como las hermanas Anne y Freja Eriksson (interpretadas por Sophie Cookson y Alba August) que sobreviven a una masacre familiar y emprenden un camino de venganza, empuñando arcos y habilidades propias del cine de acción moderno, en una evidente referencia a “Kill Bill”. No faltan escenas delirantes como un número de baile cortesano convertido en fiesta rave, ni guiños meta como un chiste sobre el “síndrome de Estocolmo”. Visualmente exuberante y con un uso generoso del presupuesto en escenografía y vestuario, “Estocolmo 1520. El rey tirano” se mueve entre el drama épico y la sátira posmoderna, ofreciendo una mirada lúdica, sangrienta y a ratos profundamente irónica sobre un capítulo clave de las tensiones históricas entre Dinamarca y Suecia. Una película que se divierte con su propio exceso, sin perder del todo de vista la tragedia real que la inspira.
Conviene saber: Bajo la dirección del sueco Mikael Håfström, conocido por su solvencia en el cine de género, cuenta con un guión en inglés firmado por Nora Landsrød y Erlend Loe.
La crítica le da un CUATRO












