"Memorias de París"

La web oficial.

El argumento: Un sábado por la noche, en otoño, Mia queda atrapada en un atentado terrorista en un bistró parisino. Tres meses después, sin poder retomar su vida y recordando sólo fragmentos de aquella noche, Mia decide investigar sus recuerdos para encontrar un camino de vuelta a la felicidad.

Conviene ver: "Memorias de París" de Alice Winocour se centra en una escritora y periodista estadounidense, Kate Anderson, que se ve envuelta en un ataque terrorista en el club Crazy Horse mientras escribe un artículo sobre unos bailarines. Una cinta que supone una carta de amor llena de emoción a las víctimas del atentado de la sala Bataclan de París en noviembre de 2015 que protagonizan Virginie Efira y Benoît Magimel y que coincide en la cartelera con otra cinta que se adentra en la depuración de ese mismo drama y en las distintas formas de llevar el duelo tras una tragedia, "Un año, una noche". Como aquella “Memorias de París” se centra en la vertiente introspectiva e incluso lirista de una mente que fragua recuerdos, combate miedos y se enfrenta a una nueva realidad en la que ya nada será igual. Una ciudad herida, nocturna y en la que queda patente que si hay víctimas que son sólo cifras otras ni siquiera existen ante la marginalidad de la inmigración que les hace ser muertos de segunda que ni siquiera son reclamados u homenajeados tal es el caso de muchos sin papeles que trabajaban como camareros en esa cafetería en la que la protagonista también estaba. La directora parte de la experiencia de su hermano pequeño, superviviente del atentado, para centrarse en los testimonios y en la experiencia más que en la recreación de un hecho que tenga más o menos notoriedad iguala a las víctimas de la misma manera con un vínculo especial y propio ya que son sólo ellas las que entienden y comparten la experiencia y dolor. La cinta se interesa por el impacto y las consecuencias de un trauma que se resiste a abandonar al que lo sufre aunque la ciudad tenga que seguir girando sin dar tregua y levantarse al día siguiente, dejando atrás los restos del duelo o los tributos (como esos limpiadores que despejan las flores y fotos puestas como homenaje) aunque cada uno necesite un tiempo distinto para poder sobrellevarlo y encontrar de nuevo o bien esa mano amiga que no se sabe si fue evocación o realidad o simplemente su propia paz consigo mismo para poder salir adelante. Un recorrido sanador que a ratos se antoja demasiado amable en su subrayado estético mientras en otros juega con el thriller psicológico siempre desde el punto de vista de la víctima potenciando el lado más sensorial de la mente confluyendo lo que fue y lo que uno recuerda entre historias personales y testimonios que vertebran un dolor colectivo y compartido desde ese bistró que fue escenario de todo y que truncó muchas cosas pero que también creó vínculos entre distintas personas ante la tragedia vivida. Virginia Efira, cada vez más imprescindible y magnética, hace que el recorrido merezca la pena como una mujer que intenta poner en orden sus recuerdos mientras va en la búsqueda de la persona anónima que le dio paz cuando más lo necesitaba como clave para encajar todas las piezas y llegar a buen puerto en su travesía por el trauma y el dolor.

Conviene saber: En la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes 2022.

La crítica le da un SEIS