"Que nadie duerma"

La web oficial.

El argumento: Lucía pierde su empleo como programadora informática y decide dar un giro en su vida: convertirse en taxista. Al volante de su taxi, recorriendo las calles de Madrid, esperará pacientemente la ocasión de llevar en él a su vecino desaparecido, del que se ha enamorado.

Conviene ver: “Que nadie duerma” basa su frescura e ingenio en la cotidianidad de su personaje protagonista, una Malena Alterio espléndida que encuentra aquí una justa reivindicación cinematográfica a una actriz que se ha convertido en una presencia muy querida por el público tanto para el cine como para la televisión en un protagonista que Alterio resuelve con humanidad empática y matices reconocibles. Una cinta inclasificable con humor negro y cierto halo perturbador que juega también con la intriga en la que se ve envuelta esta programadora informática que es despedida y se reconvierte en taxista que acabará obsesionada con el vecino del que se ha enamorado y con la ópera “Turandot” como su leitmotiv que le hace encontrar algo de motivación a una vida solitaria y gris a pesar de un mundo hiperconectado construyendo para así una nueva realidad, híbrida de fantasía y locura, decidiendo tomar el rumbo de su destino en el que terminarán viéndose afectados la gente que le rodea y sus pasajeros en el taxi. Una mujer en proceso de reconstrucción que se abrazará a esa fría princesa musicada por Puccini mientras cuida a su padre y entra en la vida de sus clientes entre conversaciones, confidencias y experiencias. Un trabajo espontáneo, lúcido y sugerente que sabe entretener e intrigar gracias a un fino guión, creíble a la par que desconcertante a pesar de su mezcolanza de géneros, y sostenido en un trabajo mayúsculo de una actriz estupenda.

Conviene saber: Antonio Méndez Esparza dirige en su cuarta película la adaptación de la novela de Juan José Millás.

La crítica le da un SEIS