"El poder del perro"

"El poder del perro"

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El argumento: Los acaudalados hermanos Phil y George Burbank son las dos caras de la misma moneda. Phil es elegante, genial y cruel, mientras George es impasible, quisquilloso y amable. Juntos son copropietarios de un enorme rancho en Montana. Es un lugar donde la rápida modernización del siglo XX se mantiene y en el que la figura de Bronco Henry, el mayor cowbow que Phil ha conocido jamás, es venerado. Cuando George se casa en secreto con una viuda del pueblo, Rose, Phil, sorprendido y furioso, lleva a cabo una guerra sádica e implacable para destruirla por completo usando a su afeminado hijo, Peter, como peón.

Conviene ver: "El poder del perro" es lo nuevo de la directora Jane Campion con la que ha vuelto a reivindicar su pulso, clasicismo y poder visual detrás de la cámara adaptando la novela de Thomas Savage publicada en 1967. “El poder del perro” es la gran apuesta de Netflix para esta temporada, no sólo siendo la cinta que más presente ha estado en el circuito festivalero este año sino por hacerse con el nuevo trabajo de la realizadora 12 años después de su último trabajo en "Bright star". Un western centrado en dos hermanos que son propietarios de un gran rancho en Montana, uno más sumiso, tosco y honesto y el otro más furibundo, provocador y maquiavélico produciéndose un distanciamiento entre ellos cuando el primero se case con una viuda del pueblo y deje descolocado al otro hermano, el cual no dudará en minar la estabilidad de su cuñada mientras martiriza al hijo de ésta, un joven sensible y afeminado que estudia por su cuenta para ser médico y que es pasto de burlas por no encajar en ese rol puramente masculino que representa el cowboy.

“El poder del perro” va a ser una de las películas destacadas de este año pero ello no la convierte en una cinta brillante, primero por cierta irregularidad en el trazo de la historia y segundo por tener muy buenos mimbres pero no mayores que otros westerns recientes que han llegado a pantallas los últimos años, bien sea de manera evidente o referenciada. Lo más interesante de la película es ese ecosistema claustrofóbico que crea y la personalidad del personaje de Phil Burbank que le permite a Benedict Cumberbatch lucirse poniéndose su clase británica al servicio del símbolo usamericano por antonomasia en un ejercicio primero de persuasión dominadora y contención sibilina y después de incomprensión y desamparo bañada de presencia y magisterio. Uno de los mejores trabajos de su filmografía como un ser rabioso que esconde su verdadera tendencia y que no está preparado para sentir algo por alguien inesperado más allá de su fachada de odio bañada por el prejuicio, la profunda misoginia ante el miedo a quedar solo y su devoción extrema a la figura de su amigo, mentor y, quizás algo más, Bronco Henry. Es por ello que lo que parte de un juego de artimañas por capricho deriva en cómo una persona alejada de todo ello se siente tocada por el sentimiento del amor de manera imprevista, no sólo desde un punto de vista de atracción sino para cubrir un vacío paternal que no se ha cubierto hasta la fecha en una historia que brilla sobre todo a la hora de mostrar el vacío necesario de cubrir de afecto, el deseo reprimido y la vía de liberación bajo el sonar de una melodía envolvente en forma de elegía.

Un trabajo sutil y medido, rodado con exquisitez formal y con tesón por destacar el detalle representado por el silencio y las miradas y, entre otros, por unas flores de papel, el chirriar de los dedos por las púas de un peine, el enfrentamiento entre un piano y una mandolina, la amenaza que supone el sonido de las botas pisando el suelo, el inquietante silbido que empuja al abismo de la locura, unas cuerdas como vía para la liberación erótica, o el deseo que evoca una silla de montar, explorando la masculinidad en sentido amplio, confrontando diferentes modelos sobre ella tal y como hizo hace casi tres décadas en "El piano" (1993), ahora en un contexto como el western dándole vuelta al concepto de debilidad y de juego de poder y sumisión, así como la coraza de maldad y superioridad para contrarrestar un trauma interior de un solitario incapaz de abrirse al afecto y que responde mordiendo como un perro herido, entre aspectos reconocibles como el contacto con la naturaleza, el rechazo a pertenecer a una clase marcada por el estatus y la apariencia que lleva a abrazar la vida nómada y de campo para liberarse de las cadenas de las cenas de compromiso y el privilegio, sorprendiendo en su devenir siendo ello lo más interesante, así como el subtexto homoerótico que plantea entre los personajes de Benedict Cumberbatch y Kodi Smit-McPhee, por encima de cualquier enfrentamiento entre hermanos o las cuitas entre Phil con el personaje de Kirsten Dunst, una mujer voluble y frágil llena de inseguridad y con tendencia al alcohol como ahogo de problemas, la cual sigue traumatizada por el suicidio de su marido y cuya inseguridad y tendencia a no levantar cabeza le hace ser minada por la sombra del personaje de Cumberbatch como se evidencia en la magistral escena del piano (casi un homenaje cuando el mismo llega a la casa a la recordada película de Campion) o la del callejón llena de miedo paralizante con una persona acorralada a merced de otra. Por supuesto la cinta tiene otra protagonista y esa no es otra que la combinación de fotografía y música a cargo, respectivamente, de Ari Wegner y Jonny Greenwood que crean un conjunto modélico rodado con suma belleza y sorprendente tanto en su desarrollo como en su simbolismo creando atmósfera y tensión psicosexual que va calando en una cinta que bien recuerda a otras como “Pozos de ambición” (2007) quedando algo engullida por su ensimismamiento y sus buenos mimbres estéticos, que por momento descabalgan a la película en interés acrecentándose cierta bruma con ecos de tedio, pero dejando un marchamo de calidad innegable en un juego psicológico malsano de seducción, poder y muerte que deja poso gracias a su dirección, las buenas interpretaciones y todo el entorno que se va definiendo en el que el instinto de protección y el tener que sobrevivir frente a la adversidad y los golpes de la vida es lo que prevalece dejando espacio a la venganza de "los débiles" frente a la tentación de caer derrotado por los propios miedos y por el conformismo frente a los que nos arrinconan. Una cinta rotunda y espléndida que encierra algunos de los mejores momentos de cine del cine reciente y que todavía gana más en segundos visionados.

Conviene saber: Mejor dirección en el Festival de Venecia 2021, finalista para el Premio del Público en el Festival de Toronto 2021 y en la sección Perlas del Festival de San Sebastián 2021

La crítica le da un OCHO

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