Querido Teo:
Woody Allen nunca ha optado por el hecho de que una de sus películas formara parte de la sección oficial de Cannes. No será porque no despierta cariño, respeto y admiración en el certamen europeo. "Midnight in Paris" abre Cannes en el día de hoy y su recepción en el pase de prensa no ha podido ser mejor. Allen ha logrado una carta poética dedicada a la historia del Paris de la actualidad y también la del siglo XX en una de las mejores bazas de la película que no conviene desvelar. Precisamente, esa sensación de que todo funciona ha hecho que la crítica haya acabado hablando de la vuelta del mejor Allen. Algunos señalan que es su mejor cinta desde “Match point”, pero con la que si que parece tener algunos rasgos en común es con “La rosa púrpura del Cairo”, uno de sus trabajos más recordados de los 80. “Midnight in Paris” ha gustado por su encanto y por su propuesta de divertimento que la eleva sobre los últimos trabajos de Allen ofreciendo una película nostálgica, fresca y divertida. No han tardado avezadas lenguas en señalar que Woody parece haberse sentido mucho más a gusto en Paris que en Barcelona donde rodó la cuestionable “Vicky Cristina Barcelona”. Todo un triunfo del maestro que ha confesado su amor por la ciudad (nacido al ver como retrataba el cine americano a Paris): “En el cine he mostrado Manhattan sabiendo que esa ciudad no existe a mi alrededor, pero que yo la reconozco en las películas. Aquí he hecho lo mismo con París”. El director ha estado acompañado por buena parte del reparto. Uno de los mejor parados ha sido Owen Wilson, alter-ego del realizador en la película, que ha cumplido con creces el papel del característico hombre medio temeroso, caustico, dubitativo e inseguro. Marion Cotillard no ha podido estar presente por su avanzado estado de gestación pero si que se ha visto a un sobrio Owen Wilson, a una deslumbrante Rachel McAdams y a unos desaliñados Michael Sheen y Adrien Brody, que parece como si quisiera hacer el biopic del bailarín Joaquín Cortés.