Piercing viaja en el tiempo

Querido “ex” Teo:

Realmente no sé como empezar esta carta: ¿decirte la verdad de buenas a primeras o mantener un poco el misterio?. Seguro que has estado oyendo hablar de mi pero ni en sueños te has imaginado que yo era la responsable de la noticia de la temporada cinematográficamente hablando. No, no me refiero a un último rodaje ni a un lío amoroso de alguna estrella cinematográfica... bien, un lío si ha sido, pero no amoroso sino más bien temporal. Teo, tranquilo, pronto te explico que tras mi última visita a los EE.UU gane unas nuevas y excitantes amistades, esas clases de amistades de las que no debo hablar a no ser que desee acabar contigo en el manicomio, tú ya me entiendes, Teo, aunque no lo escriba con todas las palabras.

Una de esas amistades, Charlie, es un hombre muy simpático y gracioso, algo mujeriego pero eso poco importa ahora. Bien, resulta que Charlie me dijo que deseaba hacer una buena broma al mayor número de gente posible, algo que diera que hablar, algo en que su nombre estuviese envuelto, que él volviese a ser famoso, que le hiciese aparecer en las portadas. Creo que tenía ganas de volver a salir en las conversaciones como en los viejos tiempos.

Así que, decidí ayudarle y me puse en contacto con otra de mis amistades recién adquiridas, Herbert, para que me ayudase a realizar la broma. Dicho y hecho, Herbert colaboró sin preguntas y pronto estuve preparada para viajar en el tiempo. Era algo que nunca había hecho pero novelas y películas me habían enseñado que lo más difícil era aterrizar en el tiempo y espacio previstos. Tras un par de pruebas exitosas decidí realizar el gran viaje a 1928. Teo, estaba completamente emocionada por el gran paso que iba a dar, tal y como si fuese a la luna, ahora que pienso: viajar en el tiempo es más emocionante que ir a la luna.

El sábado pasado me vestí para la ocasión, el viernes había acudido a una tienda de ropa de los años 20 para no desentonar. Me metí en la máquina del tiempo, marque la fecha, el lugar destino y accione la palanca. Segundos después me encontraba en los alegres años 20. El viaje había sido un éxito, ahora sólo me faltaba encontrar el momento y a la mujer apropiada para que mi viaje fuese todo éxito.

Tras una exhaustiva investigación descubrí el lugar donde se iba a rodar el documental para el preestreno de "El circo" en Los Angeles. Rápidamente me acerque al lugar de los hechos, miré a mi alrededor y busqué a la persona adecuada para proponerle un trato. Teo, siempre he considerado que tengo un buen ojo para conocer a las personas y esta vez ese buen sentido tampoco me falló: allí estaba la joven que me ayudaría. Me acerqué a ella y tras un período de incertidumbre conseguí convencerla de que en apareciese en la siguiente escena con la mano sobre la oreja izquierda y que aparentase hablar. Ella me miró como si estuviese loca pero aceptó hacerlo. Le di unos dólares y las gracias por el favor que nos estaba haciendo a Charlie y a mí.

Pronto comenzó el rodaje del documental. La joven realizó la escena tal y como  habíamos acordado. Todos los componentes del rodaje se acercaron a ella para preguntarle que era lo que llevaba en la mano. En ese instante yo me metí en la máquina del tiempo, teclee la fecha de este último sábado y accione la palanca, el móvil que le había dado a la joven desapareció de sus manos ante el asombro de todos para volver a las mías. Y yo volví a casa y mi móvil ahora es famoso.

Me despido de ti con todo mi amor.

Piercing