"Ingrid Bergman de la A a la Z"

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Título:"Ingrid Bergmande la A a la Z"

Autor: Fernando Alonso Barahona

Precio: 10 €

Ediciones Jaguar

Nota de la Redacción: Es un libro perfecto si sólo sabes generalidades sobre Ingrid Bergman. Da una buena visión de conjunto de su vida y de su trabajo. Se divide en letras para facilitar anécdotas y poder dejar colgada la lectura hasta más tarde.

Aquí tienes este mp3 donde escuchar un reprotaje con el autor dentro....
DiccionarioIngrid Bergman.mp3

La Editorial nos ofrece este capítulo para que te hagas una buena idea del libro...

La A de Ingrid.htm

El autor introduce así su obra....

Ingrid Bergman, estrella genuina
Fue una de las mayores luminarias de Hollywood, una de esas mujeres privilegiadas capaces de encantar a la cámara con su sola presencia.
Vino de Suecia como Greta Garbo y dejó allí un mentor, Gustaff Molander, y un puñado de películas curiosas. Pero fue Hollywood quien la convirtió en estrella y en mito.
Fue una actriz intuitiva, pero con el paso de los años desarrolló una gran técnica que unida a su talento innato dio como resultado magníficas interpretaciones. Y además probó el teatro y demostró que fuera del encanto de la cámara también sabía llegar al espectador cuerpo a cuerpo, con la cercanía de las tablas, sin más armas que su voz y su expresión corporal.
Ya desde sus comienzos Ingrid Bergman destacó por la magia de su rostro y por una infinita fotogenia (como Gary Cooper) que le hacía literalmente encantar a la cámara y a través de ella a los espectadores.
El éxito de Intermezzo en su versión sueca y la intuición de los cazatalentos de David O. Selznick la trajeron a Hollywood. Allí era una nueva europea, como su compatriota Greta Garbo, como Marlene Dietrich, Anna Stean o Ilona Massey. Repetir Intermezzo fue tarea sencilla, pero después vino un período de transición y el éxito monumental pero casi casual de Casablanca. Sólo por ella Ingrid Bergman hubiera pasado a la historia del cine.
El gran Hitchcock alcanzó de ella su mejor interpretación en Encadenados, y Leo McCarey la convirtió en adorable al hacerle vivir el personaje de monja en la genial Las campanas de Santa María.
Ingrid Bergman se convirtió en una mujer adorada, no en una sex symbol sino en la imagen de la buena madre de familia, de la mujer abnegada, romántica y capaz de salir adelante en cualquier circunstancia. La dulzura, la bondad, el sacrificio moldeaban la mirada de una mujer capaz de derretir una pantalla y atravesar con su magnetismo el corazón de los espectadores.
En los años cuarenta circuló el chiste de que de vez en cuando se estrenaban películas importantes sin Ingrid Bergman. Los éxitos se sucedieron: Luz que agoniza, Por quien doblan las campanas, Recuerda... hasta llegar a Juana de Arco, el personaje que la había obsesionado desde pequeña. Ingrid Bergman se convirtió en mito y su imagen fílmica se superpuso completamente a la personal.
La magia de Ingrid residía en su mirada, pero también en su manera de hablar, de moverse, en suma de transmitir emociones. Como sólo saben hacer los grandes, su forma de hacer vivir al personaje le hace tan cercano al espectador que éste cree conocerle, amarle, odiarle, llorar o reir con él. Enamorarse de ella, que es lo que hicieron millones de admiradores en el mundo entero.
Entonces apareció Roberto Rossellini y su trayectoria vital y artística cambió por completo.

Todo comenzó con su célebre carta: Querido Señor Rossellini; he visto sus filmes (...) y me han gustado mucho. Si necesita una actriz sueca que habla muy bien inglés, que no ha olvidado el alemán, que puede hacerse comprender en francés y que en italiano sólo sabe decir ti amo, estoy decidida a ir a Italia a trabajar con usted.

Ingrid Bergman abandonó a su familia, aceptó el escándalo y se sometió al caótico estilo de vida (y de dirección cinematográfica) del creador del neorrealismo italiano. Stromboli, Europa 51 y Te querré siempre serían admiradas por los críticos de la siguiente generación pero en aquel momento provocaron frustración en Ingrid y en sus admiradores. No pudo aguantar más el carácter dominante de Rossellini y sus nuevas aventuras amorosas y decidió romper de nuevo su rumbo, volver al teatro anglosajón y aceptar la vuelta a Hollywood. La Meca del cine la perdonó y Anastasia en 1956 no sólo fue un éxito sino su segundo Oscar (tras el obtenido por Luz que agoniza).
La nueva etapa tenía por fuerza que ser distinta, Hollywood declinaba ya su momento dorado y la actriz no iba a poder recuperar su fuerza de los años cuarenta. Entonces se refugió en el teatro, la televisión y las colaboraciones especiales (una de ellas, Asesinato en el Orient Express, le proporcionó un nuevo Oscar, esta vez a la mejor actriz de reparto). En plena madurez su compatriota Ingmar Bergman le brindó la oportunidad de trabajar en Sonata de otoño, una de sus mejores películas y sin duda la mejor interpretación de Ingrid en su etapa de madurez. Los años no habían difuminado ni su talento ni su capacidad para enamorar a la cámara y al espectador.
Su último trabajo fue Golda Meir, realizada para la pequeña pantalla. Ingrid Bergman falleció el día de su 67 cumpleaños. Con ella se apagó una de las más grandes estrellas del cine. Pero su recuerdo persistirá mientras existan las películas y permanecerá tan joven como Casablanca, Las campanas de Santa María o Encadenados.
El embrujo de Ingrid Bergman sigue vigente, y para muchos ella fue una de las máximas leyendas de Hollywood, votada por el AFI en los primeros lugares en su lista de actores legendarios, en parte gracias al clásico que la lanzó al estrellato (Casablanca, naturalmente) y de cuyo estreno acaba de conmemorarse el 60 aniversario sin que el embrujo del filme haya disminuido un ápice.
Terenci Moix en Hollywood stories titula su homenaje a la actriz con la leyenda: "El fuego que llegó del frío", y la evoca con nostalgia llamándola "estilista de la interpretación".
Ingrid Bergman forma parte del Olimpo de las diosas más grandes del cine, junto a Greta Garbo, Marlene Dietrich, Vivien Leigh, Jeannette MacDonald, María Felix, Bárbara Stanwyck, Katharine Hepburn, Rita Hayworth, Maureen O´Hara, Ava Gardner, Elizabeth Taylor, Jennifer Jones, Grace Kelly, Susan Hayward, Kim Novak o Marilyn Monroe.

Fernando Alonso Barahona

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