San Sebastián 2024: La música como terapia y terror autóctono y personal

San Sebastián 2024: La música como terapia y terror autóctono y personal

1 Sarcofago2 Sarcofagos3 Sarcofagos4 Sarcofagos5 Sarcofagos (Sin votaciones)
Cargando...

Deja tu comentario >>

Querido Teo:

Una auténtica delicia para el público es la comedia francesa y terapéutica "Por todo lo alto" sobre el poder sanador de la música a través de la relación y contraste de dos hermanos a los que la vida vuelve a reencontrar. En la lucha por la Concha de Oro "El llanto", una singular y personal apuesta de terror española.

"Por todo lo alto" (Emmanuel Courcol) // Perlas

“Por todo lo alto” es una película dirigida al público más amplio y en la que todo funciona terminando siendo un lugar feliz en la historia de dos hermanos muy diferentes que, después de desconocer la existencia del otro, se encuentran, cuando uno de ellos descubre que en realidad es adoptado cuando le es diagnosticada una enfermedad, y que acaban unidos por una banda de pueblo que les hará cambiar el destino que cada uno tenía pensado para sí mismo.

Thibaut es un director de orquesta afincado en París al que le diagnostican leucemia tras el desmayo durante un ensayo con su orquesta mientras que Jimmy trabaja como empleado de un comedor escolar y toca el trombón en una banda municipal amateur en un pueblo a las afueras de la capital francesa. Es ese elemento el que les unirá tras haberse desarrollado en entornos y vivencias diferentes y que pondrá de manifiesto el clasismo de una sociedad que te estigmatiza y define en base al origen y educación de cada uno y que también se representa en esa concepción de la música que va desde la culta y refinada sostenida en las cuerdas a la más de calle entre fanfarrias e instrumentos de viento.

“Por todo lo alto” está dirigida por Emmanuel Courcol que ya se introdujo en lo que suponía de reparador y liberador el teatro para un grupo de presos en “El triunfo” (2020). Ahora hace lo propio con una banda de música que si para uno de los hermanos supone conectar con la pureza de la pasión musical más allá del elitismo competitivo del mundo del que parte, para el otro supone una vía de escape e una vida rutinaria, precaria y sin expectativas.

La música como puente de entendimiento, lenguaje común, flujo de sentimientos y conexión emocional para dos seres distantes y recelosos del otro, separados por los condicionantes del abismo social, que acaban intentando recuperar todo el tiempo perdido encontrando en el otro el complemento que les falta en el contraste entre la negritud de los colores de auditorios ajenos al mundo exterior donde toca la orquesta de la que proviene Thibaut y los ribetes y la luz de la banda de la que forma parte Jimmy nutriéndose del espíritu colectivo y del sentimiento de las calles.

Benjamin Lavernhe y Pierre Lottin están estupendos en una cinta que hace reír, llorar y reflexionar sobre lo importante que son determinadas personas para nosotros y el poder transformador que tienen las mismas y también una música que aquí se presenta como un elemento de unión, fraternidad e igualdad ya que la pasión por la misma no supone de requisitos sociales ni de tener más o menos conocimientos sobre la materia dejando atrás egos, envidias y rencores. 

Una “feel good movie” muy francesa en su temática y personajes pero con ese compromiso obrero británico que le lleva a recordarnos a la cinta “Tocando el viento” (1996). Una delicia de cine popular, amable y accesible con música como leitmotiv a través del sentimiento familiar del que se forma parte y que va más allá de lo genético suponiendo una apuesta imprescindible para salir con muy buen sabor de boca y con el alma reconfortada tras su visionado confiando todavía, a pesar de las dificultades, en un mundo humanista y de esperanza.

"El llanto" (Pedro Martín-Calero) // Sección Oficial

“El llanto” es una ópera prima de Pedro Martín-Calero que propone una historia cruzada de terror en un alegato feminista para el género con un inquietante edificio de apariencia anodina pero presencia fantasmagórica como nexo común. La guionista Isabel Peña (habitual de Rodrigo Sorogoyen) contribuye junto al director a plasmar una historia inclasificable con ciertas referencias al terror oriental que explora miedos profundos a través de la amenaza que supone para tres mujeres en diferentes épocas el acoso de una presencia espectral en forma de anciano.

Un llanto representado como grito de alarma pero también de atracción buscando socorrer en un ejercicio de sororidad de almas perdidas por un ser acechante. Una historia que en su apariencia de género habla también de soledad, deseo, misoginia y poder de la imagen como elemento canalizador de sensaciones, traumas y emociones. Un ejercicio de estilo malsano que aún así no termina de enganchar y que, por momentos, a pesar de su elogiable intento de tener personalidad deriva entre lo tedioso y lo confuso lo que no quita que se perciban buenos mimbres para su realizador.

Nacho Gonzalo

¿Compartes?:
  • email
  • PDF
  • Print
  • RSS
  • Meneame
  • del.icio.us
  • Facebook
  • Google Bookmarks
  • Twitter
  • FriendFeed
  • LinkedIn

Comentarios

Suscríbete
Notificar
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Me encantaría conocer tu opinión, comenta.x
()
x