"Tiburón blanco: La bestia del mar"
La web oficial.
El argumento: Dos jóvenes reclutas, varados en una balsa en el océano abierto tras un ataque enemigo, deben luchar por sobrevivir contra un enorme y hambriento tiburón blanco.
Conviene ver: "Tiburón blanco: La bestia del mar" va más allá del típico relato de depredador marino para convertirse en un estudio sobre la fragilidad humana, las tensiones sociales y la violencia que persiste más allá del campo de batalla. La historia sigue a un grupo de soldados australianos a la deriva tras un ataque japonés en el mar de Timor, donde el océano actúa como un espacio de prueba que despoja a los hombres de jerarquías, certezas y la ilusión de control. En este contexto, el tiburón blanco funciona tanto como amenaza física como catalizador simbólico de la descomposición moral y psicológica: cada ataque refleja no sólo la brutalidad de la naturaleza, sino la corrosión interna de un grupo sometido a condiciones extremas. El personaje de Leo, un soldado indígena interpretado por Mark Coles Smith, adquiere un peso central al encarnar la contradicción de servir a una nación que lo margina. Su relación frágil con otros soldados, como Will, revela que la camaradería y la solidaridad son volátiles bajo la presión del miedo, el racismo y el agotamiento físico. La película construye un discurso sobre la masculinidad militarizada, mostrando cómo la autoridad, la disciplina y las jerarquías se resquebrajan frente a la vulnerabilidad humana y el absurdo de la violencia prolongada. Visualmente, combina un expresionismo que oscila entre lo real y lo surreal, con nieblas densas, reflejos rojizos y planos inclinados que intensifican la sensación de encierro y desorientación. La estilización deliberada y el uso del gore con humor macabro refuerzan la doble lectura de la obra: una fábula sangrienta y un comentario social sobre la guerra, la exclusión racial y la fragilidad de los vínculos humanos. La amenaza externa del tiburón refleja y amplifica las amenazas internas: la hostilidad, los prejuicios y los conflictos interpersonales se convierten en fuerzas tan destructivas como el depredador mismo. "Tiburón blanco: La bestia del mar" no sólo explora la supervivencia física frente a un depredador, sino que plantea una reflexión profunda sobre la guerra como espacio de erosión moral, racial y psicológica. La película evidencia cómo la verdadera lucha ocurre entre los hombres y sus propios prejuicios, convirtiendo el océano en un espejo que devuelve amplificada la violencia que, en tierra, se creía contenida.
Conviene saber: Dirigida por Kiah Roache-Turner ("Sting. Araña asesina").
La crítica le da un SEIS













