"La vida de Chuck"
La web oficial.
El argumento: Basado en un relato de Stephen King, cuenta tres historias relacionadas con el personaje Charles Krantz, en orden inverso: desde sus últimos dias, cuando el mundo comienza a desmoronarse, hasta su infancia en una casa supuestamente encantada.
Conviene ver: “La vida de Chuck” es lo nuevo del director Mike Flanagan en una adaptación del relato corto homónimo de Stephen King. Curioso el planteamiento, en orden inverso, desde la muerte de Charles Krantz hacia su juventud e infancia. Una manera diferente de plantear una historia llena de melancolía, de dolor, quizá una transformación en imágenes del dicho “carpe diem” donde cada instante cuenta y eso lo demuestra sobre todo el Chuck joven, llevándolo luego con los años a la práctica. Un canto a la vida y a la muerte que guarda sus mejores momentos en algo que normalmente cansa en otras películas; las escenas más largas son, sin duda aquí, lo mejor y más disfrutable. Una belleza extraña y cósmica en una estructura en tres partes, que cambia de tono y espíritu, combinando ciencia ficción, musical, comedia romántica, drama familiar y “coming of age”. Pura luz para tiempos oscuros y descreídos en el que la positividad de las relaciones humanas es capaz de crear un mundo mejor en una sucesión de matemáticas, arte, amor y secreto para entender algo más de nuestra propia existencia más allá de la vida y la muerte.
Un Tom Hiddleston bailongo en toda una proeza llena de belleza e inspiración que enarbola la vida y los buenos sentimientos a través del arte llenando de fábula y poesía una historia tierna y reparadora. Una cinta que habla de la finitud de nuestra existencia partiendo de una estructura a lo “El curioso caso de Benjamin Button” para ir construyendo el volteo emocional llegando a un momento álgido cuando entra en juego el baile y la percusión en el segundo acto. Templanza y aplomo frente a los desconciertos vitales en un trabajo extraño de por sí pero con altas dosis de emoción. El triunfo del hombre corriente abrazando la vida con una apuesta decididamente sucesora de Frank Capra que, aunque puede empachar por su buenismo en tiempos cínicos, reconforta y cautiva. Es verdad que peca de ingenua y subrayada, partiendo de un texto que ya de partida es más conmovedor que inquietante y que, aunque también asoman algunas sombras, no deja de ser un canto inspirador a los buenos valores y al disfrute de la vida en plenitud sacando partido a aquellas pequeñas grandes cosas que nos hacen felices y al recuerdo de que aquellos que hacen nuestra vida mejor.
Conviene saber: Premio del Público en el Festival de Toronto 2024 y vista en el Festival de Sitges 2025.
La crítica le da un SIETE

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