Centenario James Stewart: La voz mala e inconfundible
Cuando hizo la gira con la compañía universitaria del Triangle, los más experimentados no dudaban de que era sólo un estudiante de segundo curso que quería divertirse porque los estudios le dejaban frío. Ya te conté que Stewart aparecía como acordeonista sin una sola frase. Según una fuente de la época, su voz era tan mala que no tenía ni una línea de diálogo, y según otra, hacía tales muecas mientras cantaba que los directores le hacían llevar una máscara de diablo en el escenario.
El saber música le ayudaba a no desafinar, y tenía el suficiente entusiasmo para disfrutar cantando ya fuera con un grupo universitario como vocalista, improvisando soul en una fiesta de colegas y hasta en un musical, pero toda su vida bromeó sobre su propia voz. No era buena, pero no estaba sola, James la adaptó a una forma de hablar interrumpida, titubeante y arrastrada pero natural.
Esa forma de expresarse la experimentó en la realidad cuando hizo en 1938 “Ardid femenino”. Era una película centrada precisamente en la dificultad para hablar. Stewart es un profesor universitario extraordinariamente tímido, que revoluciona el ambiente conservador de la institución al prometerse con la espabilada cantante de un club. Toda la cinta expone permanentemente la falta de comunicación entre los protagonistas por sus maneras de ser, expresadas en sus maneras de hablar. Esto tenía mucho que ver con la forma de expresarse de James, lo que le costaba decir cualquier cosa.
El productor del programa de radio que aceptó la sugerencia de su primera actriz, Rosalind Russell, para contratarle se dio cuenta de que tenía algo positivo: «Jimmy no era un gran nombre por aquel entonces, pero había causado suficiente impresión en algunos de sus primeros filmes, y su característica voz permitía una buena identificación en la radio». Eso nadie lo podía negar.
Pero al regresar de la guerra en Europa pensó que ya no comunicaba nada. Le ayudaron algunas críticas como esta por “Magic Town”: “…. Si tenemos que aguantar otra película entera viendo cómo ese larguirucho va por ahí tropezándose, sin enterarse nunca de nada...” Fueron momentos difíciles y hasta el New York Times envió a un periodista para que escribiese un artículo sobre él, y le dijo directamente que el título sería ¡‘El ascenso y caída de Jimmy Stewart’!. James comprendió que tenía que hacer algo “... no podía seguir simplemente tartamudeando y vacilando al hablar; que era algo que a veces repetía demasiado... Estuve viendo una película mía antigua (Nacida para la danza)... ¡Me dieron ganas de vomitar! Tenía que volverme más duro...”
“Yo creo en ti” fue la oportunidad para trabajar gesto y voz, aparece la voz de un hombre duro y de una competencia cortante. La historia está basada en hechos reales ocurridos en Chicago y por los que el reportero Jim McGuire, del Chicago Times, ganó un premio Pulitzer. Para Stewart el papel del periodista escéptico y hastiado del mundo fue la ocasión de cambiar su forma de hablar característica y los gestos que la acompañaban. La popularidad que fue alcanzando condujo a que su voz adquiriera independencia y se convirtió en los años sesenta en la voz oficial de la fuerza aérea del ejército usamericano. Fue el narrador de varios filmes que describían la vida cotidiana de los soldados, de los pilotos de pruebas, o sobre el sistema de comunicaciones de las Fuerzas Aéreas. Para la guerra en Vietnam, el Ejército produjo dos documentales narrados por James, pero para ese momento su voz ya la usaba para algo más.
Tras una investigación federal de la que no salió muy bien, la compañía de neumáticos Firestone recurrió a James para ser la voz de su producto, testificando irónicamente en pro de la credibilidad de la compañía, y su imagen ayudó a restablecer la confianza del público en los productos de la empresa. Las sopas usamericanas por excelencia, las famosas latas Campbell's, tenían su especialidad "Home Cookin'" (Cocina Casera), que mantenía la misma cifra de ventas desde hacía años. Para impulsar la marca decidieron que la voz de James no sólo era identificable, eso ya lo habían probado, sino que estaba identificada con algo bueno, usamericano y honrado. En ese momento su voz ya era tan imitada por decenas de cómicos, que James dijo en una ocasión que a veces tenía la sensación de estar imitando a Jimmy Stewart. El tono amable sin ser lisonjero, transmitió su integridad a la sopa, y las ventas de Home Cookin no tardaron en subir. Cuando la prensa se enteró de que James escribía poesías, le invitaron a leerlas y aceptó la propuesta de Johnny Carson, presentador del Tonight Show más visto de los ochenta. Leyó algunas y su estilo campechano volvió a conectar sin dificultades. Esas navidades "Jimmy Stewart and His Poems" estaba en la lista de bestsellers del "New York Times" y de "Los Ángeles Times".
Escúchale en un entrevista...
En 1942 James le había entregado el Oscar a mejor actor a su amigo Gary Cooper, el hombre que le había presentado a su esposa. Años después William Wyler entregaba otra estatuilla especial a Cooper en reconocimiento a toda su carrera. James aceptó el premio en su nombre. Cuando subió a recogerlo comenzó a decir algunas palabras y en mitad de ellas su voz se rompió. Todos los que lo vieron no sabían hasta ese instante que Cooper se estaba muriendo. Fue uno de los momentos más duros en sus recuerdos y fue su voz quien le delató. Por lo demás alcanzó la maestría en el empleo de una voz mala, pero excelente para “jugar” con ella y James demostró que era un gran jugador.