BSO de "La jungla: Un buen día para morir"
Querido Teo:
Cuando en 1988 el gran Michael Kamen se hizo cargo de la banda sonora de “La jungla de cristal” su aportación quiso ir más allá de la simple musicalización de una película de acción. La decisión de adoptar como tema principal la Oda a la Alegría de la novena sinfonía de Beethoven era una profunda reivindicación política hacia el nuevo peligro inminente. Rusia ya no era el enemigo, y la emergente Unión Europea, representada en aquellos terroristas alemanes, era la nueva amenaza para la supremacía norteamericana. El identificar al mal con el himno oficial de este bloque de estados fue capcioso y, si se quiere, malintencionado. Sin embargo, su efectividad ha sido demoledora y el mensaje político quedó enterrado bajo la genialidad de la melodía beethoveniana. El alegato de libertad y unión fraternal y el heroísmo de la composición fueron más fuertes que aquel mensaje político.
De aquella música, como ocurre con el espíritu de la película original, sólo queda un recuerdo nostálgico, evidenciado en la apertura del disco, donde escuchamos por primera y única vez una pequeña cita del himno. Este hecho sorprende, sobre todo después de que la novena hubiese sido utilizada (hasta la extenuación) en la promoción de "La jungla: Un buen día para morir".
A los mandos de la música se encuentra Marco Beltrami, que ya había realizado con éxito la música para la anterior película de la serie, y que de nuevo vuelve a demostrar que, pese a no ser Kamen, su valía es indiscutible. Es cierto que durante muchas pistas el disco da la sensación de naufragar en medio de sintetizadores, ritmo y ruido apabullante. Pero entre las escenas de acción queda hueco para la comedia en tracks como Yippie kay yay, mother Russia! (track 7) o para el suspense en la intrigante Entering Chernobyl (track 18). Pero donde Beltrami se luce es ilustrando la relación padre-hijo, creando una arrebatadora pieza para cuerda, insinuada en el track 9, Father & son, y desplegada en toda su grandeza en la parte final del disco, It's hard to kill a McClane (track 24).
De hecho, el cierre de la película es lo mejor de la banda sonora. El clímax de acción mediante el díptico titulado Get to the Choppa! y Chopper takedown (tracks 22 y 23, respectivamente) es emocionante y muy espectacular. También escuchamos dos divertidas piezas tituladas Triple vodka rhapsody (track 25), y sobre todo la encargada de describir el cerebro de McClane, McClane’s brain (track 26). Entre funky, jazzero, pero sobre todo desquiciado (y desquiciante).
El disco termina dejando un buen sabor de boca, como no podría ser de otro modo en manos de un compositor que sabe lo que hace. Beltrami es siempre una garantía.
Datos técnicos
A good day to die hard
Marco Beltrami
Sony Music
Número de tracks: 26
Oigamos algunos fragmentos de la banda sonora.
Yuri says (Track 1)
Yippie kay yay, mother Russia! (Track 7)
Father & son (Track 9)
Entering Chernobyl (Track 18 )
Get to the Choppa! (Track 22)
It's hard to kill a McClane (Track 24)
Triple vodka rhapsody (Track 25)
McClane's brain (track 26)
Alejandro G. Villalibre