Cine en serie: "Feud: Capote vs. The Swans", la grasa social de Nueva York

Querido Teo:

Truman Capote se detiene ante un grupo de cisnes. Todos blancos menos uno, negro. Es el año 1984 y el escritor morirá ese año por un fallo de un hígado machacado por el alcohol y las drogas. Así comienza esta serie que desde este punto retrocede treinta años.

En la alta sociedad neoyorquina de la década de 1950, un grupo de mujeres elegantes, bellas y poderosas, formaron un grupo bautizado como "las cisnes". El despliegue de ambientación que hace la serie es digno del mejor cine y el elenco de actrices lo dice todo: Naomi Watts, Demi Moore, Diane Lane, Calista Flockhart y Chloë Sevigny.

Sin embargo, detrás de la fachada de glamour, se escondían las complejidades de la vida personal de cada una y las bases poco sólidas de sus relaciones. Capote, que hacía exhibición de su homosexualidad, fue adoptado como un "cisne honorario" y era bienvenido en sus casas y eventos.

Durante años, disfrutaron de una amistad intensa y llena de glamour, pero, al igual que los cisnes, muy peligrosos con los que consideran ajenos a su hábitat, la traición y la desconfianza mancharían este círculo dorado, dejando una huella imborrable y amarga en sus vidas. Entre ellas se encontraban Babe Paley, la más bella; Gloria Guinness, heredera excéntrica; Marella Agnelli, esposa del magnate italiano Gianni Agnelli; y Lee Radziwill, hermana menor de Jackie Kennedy.

Capote las admiraba por su estilo, inteligencia y vitalidad. Se convirtió en un confidente habitual, escuchando sus secretos y compartiendo sus propias experiencias. Las "cisnes" le fascinaban y le proporcionaban inspiración para su trabajo, especialmente para su novela inacabada "Plegarias respondidas", en la que trabajó durante años tras el éxito internacional de "A sangre fría".

El aprovechamiento de las confidencias, la no renuncia a la maledicencia ingeniosa, la utilización del rumor para brillar, provocarían la parte dramática que recoge la serie. Capote vivía en una burbuja de fama y admiración, pero su triunfo estaba contaminado por el abuso de alcohol y otras drogas. Una serie excelente que evidencia lo bajo que tiende a caer la denominada alta sociedad y lo bien que funciona la idea, consoladora para la inmensa mayoría, de que los ricos también lloran.

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Carlos López-Tapia