"El hombre del sotano"

La web oficial.

El argumento: En París, una pareja de orígenes judíos decide vender un sótano insalubre en el edificio donde viven. Un hombre normal y corriente, el señor Fonzic, aparece para comprarlo. Hasta aquí nada inusual, pero el hombre, que resulta ser un negacionista del holocausto nazi, se muda al sótano y lo convierte en su residencia permanente. La pareja, intenta desesperadamente cancelar la venta, sin éxito. Poco a poco, su presencia cambiará la vida de la pareja.

Conviene ver: “El hombre del sótano” es un thriller psicológico en el que una pareja de orígenes judíos (Jérémie Rénier y Bérenice Bejo) venden un lúgubre sótano en el edificio en el que viven, asentándose ahí un profesor rebelde que se erige como negacionista del Holocausto (François Cluzet). Un retrato social de dominación y poder en un thriller psicológico que tiene su pertinencia en el hecho de cómo los extremismos pueden colarse entre las rendijas y como el mensaje populista puede hacer mella en mentes moldeables. Un edificio que termina siendo la analogía de una Europa desorientada y preocupada por el auge de los fanatismos y de la ultraderecha, pero inmovilista a la hora de poder achicar agua, con unos propietarios que harán todo lo posible por echarle de la casa a pesar de que su presencia cada vez arraiga más en el lugar e incluso para algunos esas ideas son soplo de aire fresco como fruto de la indignación y el hartazgo causado por la inmigración o los estragos de la crisis económica. La cinta se ve bien pero le falta mordiente perturbando más que inquietando y dejando demasiados cabos sueltos en el aire a interpretación del espectador en esa diatriba sobre dónde se pone el límite a la libertad de expresión y de pensamiento y en qué momento las líneas no pueden sobrepasarse en un mundo de ideologías cada vez más enconadas. Digna y bien interpretada pero acaba difuminándose a pesar de que uno de los puntos fuertes es la reflexión que genera y el saber captar esa atmósfera desasosegante subrayada por el pasillo que lleva a ese lúgubre sótano, bebiendo de Roman Polanski, y por la perturbadora relación que se genera entre el profesor y la hija adolescente de la preocupada pareja protagonista que nos lleva a "El cabo del miedo" (1991).

Conviene saber: El director Philippe Le Guay repite con François Cluzet tras “Normandía al desnudo” (2018).

La crítica le da un CINCO