"El monje y el rifle"

La web oficial.

El argumento: Año 2006. El reino de Bután camina hacia la democracia. De cara a la celebración de elecciones, el gobierno organiza simulacros de votaciones con la idea de preparar a la población para algo que desconoce. Mientras, en la ciudad de Ura, un viejo lama ordena a un monje que le consiga un arma para afrontar el inminente cambio de régimen. El valioso rifle que obtiene es una pieza buscada por un coleccionista de armas estadounidense.

Conviene ver: “El monje y el rifle” es el nuevo ejemplo de una cinematografía que con historias muy étnicas dentro de su cultura ha encontrado en los últimos tiempos mayor visión internacional (es el caso de “Lunana, un yak en la escuela” también del director y fotógrafo Pawo Choyning Dorji que fue candidata al Oscar 2022 a la mejor película internacional). Ahora llega una cinta que pone el foco en el momento en el que Bután estaba en transición hacia una democracia moderna cuando el rey abdica siendo el último país del mundo en conectarse a la televisión y a internet. Un contexto que sirve para presentar una comedia en apariencia ligera entre un monje y un rifle, así como diversas historias cruzadas, en el que la tradición se enfrenta en tono irónico y ácido a las complejidades y contradicciones de la modernización representada por el mundo occidental siempre tendente a imponer su modo de vida y de hacer las cosas en el resto de culturas considerándose un salvador necesario para los demás. Ingenua y tierna mirada al choque cultural, el progreso y los pasos temerosos de un país que se abre a una nueva realidad cuando la conciencia política se manifiesta en unas elecciones (y el simulacro de las mismas como prolegómeno) en las que se pretende mostrar que otra forma de hacer las cosas es posible más allá de la prorrogada a lo largo del tiempo y que ha tenido a Bután feliz pero a espaldas del resto del mundo. Una sencilla fábula abrazada a los ecos de libertad en una pequeña aldea en las faldas del Himalaya (retratada con una fotografía luminosa y exquisita fomentando el remanso de paz que desprende apostando por la sencillez y la humanidad frente a las intromisiones y el estrés de la vida moderna) en la que la espiritualidad del lugar también tiene que adaptarse a un nuevo tiempo para sus ciudadanos que no entienden a esa comitiva que intenta enseñarles cómo votar o cómo algo tan inútil para ellos como su fecha de nacimiento es necesario para poder inscribirse y así poder ejercer ese derecho. Embriagadora y reparadora siendo capaz de con una historia muy sencilla entretener a través de un hecho histórico de un país que es claro exponente de cómo el cine también ayuda a conocer otros lugares, culturas y formas de vida.

Conviene saber: Representante de Bután para el Oscar 2024 a la mejor película internacional.

La crítica le da un SEIS