Robin Hood, el bandolero mitificado

Robin Hood, el bandolero mitificado

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Querido Teo:

Rescatamos una declaración de Ridley Scott a finales de 2007 cuando anunció que llevaría al cine a Robin Hood: “Hay más de 80 versiones de Robin Hood, pero ninguna es buena. La que estoy preparando va a ser memorable”. Veremos si su película cumple ese reto pero lo que si que tiene razón es que ha habido héroes de Sherwood para repartir y que ninguno de ellos ha logrado convencer unánimemente. Eso si, los encarnados por Douglas Fairbanks, Errol Flynn, Sean Connery, Kevin Costner e incluso la versión de Disney, siguen siendo los más valorados. En la mayoría de las películas se ha tendido a santificar a un personaje que seguramente no se lo merecía teniendo en cuenta los escritos que existen sobre él pero en tiempos de crisis económicas, de paro y pobreza, el espíritu que cada uno llevamos dentro de Robin Hood se aviva con fuerza. Muchas películas ha habido sobre él pero ninguna queda como definitiva de un personaje más inabarcable y con más aristas de lo que podría parecer.

Según la leyenda, Robin Hood era un varón de gran corazón que vivía fuera de la ley escondido en el Bosque de Sherwood y de Barnsdale, cerca de la ciudad de Nottingham. Hábil arquero, defensor de los pobres y oprimidos, luchaba contra el sheriff de Nottingham y el príncipe Juan Sin Tierra que utilizaban la fuerza pública para acaparar ilegítimamente las riquezas de los nobles que se le oponían. Roba a los enriquecidos ilegítimamente y distribuye el botín entre los pobres y las víctimas. Como la leyenda siempre necesita cobrar forma real, muchos historiadores han buscado incesantemente al arquero.

RobinHoodBandoleroEstatuaLas investigaciones de Joseph Hunter revelaron que un hombre llamado Hood vivió en Locksley y Wakefield, en el condado de York. Era sobrino de un herrero al servicio de un noble, y había nacido en 1290. En 1322, Thomas, conde de Lancaster, alzó en armas a sus súbditos, entre los que se contaba Bob o Robin Hood, contra el Rey Eduardo II de Inglaterra. La rebelión fue aplastada y se supone que Robin se refugió en el campo de Barnsdale, lindante con el de Sherwood. Se supone también que Robin atacó constantemente a los comerciantes que atravesaban el campo, hasta que el propio rey y otros nobles, disfrazados de monjes, fueron por él y lograron que el bandido prometiera fidelidad al soberano. La  leyenda dice por su parte que este Robin volvió a los bosques para continuar sus aventuras, hasta que, herido de muerte, se refugia en el convento de Kirkless. Bañándolo de poesía se dice que antes de expirar, dispara con su arco a través de una ventana y pide que lo entierren donde caiga esa flecha. Cerca del convento, una antigua lápida señala el lugar en el que supuestamente cayó la flecha y Robin fue sepultado.

Los datos históricos arrojan como posibles personajes en los que se habría inspirado la leyenda a algunos nobles autoproscritos. También a simples hombres de pueblo. Entre el reinado de Juan, rey de Inglaterra entre 1199  y 1216, y la aparición de las primeras baladas en el siglo XV, parece haber registros de una decena de bandidos que usaron el apelativo Robin Hood, al punto de que los historiadores creen que era la forma en que se denominaba genéricamente a los bandoleros de los bosques. En el siglo XVIII, el doctor William Stukeley atribuyó la personalidad de Robin Hood al noble Robert de Kyme, quien vivió entre 1210 y 1286. Cronológicamente, debió actuar como bandido después del reinado de Juan. En 1936, fueron publicados documentos en los que consta que en 1226 se vendieron en York muebles y enseres de un fugitivo llamado Robin Hood.

Frente a todo esto, y teniendo en cuenta la popularidad del nombre por aquellas tierras no es de extrañar que el término sirviera para englobar bandas armadas formadas por campesinos y leñadores que se dedicaban tanto al pillaje como a hostigar a la nobleza en una época de pobreza y desigualdades. Pero las investigaciones sobre el auténtico Robin Hood dieron un giro cuando en 2006 arqueólogos británicos de la Universidad de Sheffield dicen haber ubicado las ruinas de la vivienda de Robin Hood en el condado de South Yorkshire, cuestionando la tradición que afirmaba que el legendario héroe medieval había vivido en los bosques de Sherwood, en el norte de Inglaterra.

RobinHoodBandoleroErrolFlynnLo único cierto es que el cine ha tendido a mitificar a un personaje del que ahora podemos decir que no tenía atisbos de bondad. Esta es la verdadera imagen del héroe que muestran las originales “Baladas de Robin Hood”, que ahora aparecen por primera vez en español en la editorial Akal. El profesor de literatura medieval inglesa de la Universidad de Oviedo, Rubén Valdés, ha sido el encargado de recopilar estos poemas, que van desde el siglo XV al XVIII, y que exhiben la evolución de un personaje que surgió como un proscrito y que se ha tendido a mitificar generación tras generación. La opinión predominante es que no era más que un bandolero que no dudaba en matar y disparar con su flecha a todo aquel que pusiera en peligro sus actos de pillaje. El que se dedicara a atacar a una nobleza que, por otro lado, explotaba y dominaba al pueblo campesino, explica esa simpatía que el personaje siempre ha despertado. Incluso su historia de amor con Lady Marian no es más que el fruto de una acción comercial para potenciar el éxito de las baladas y cuentos del personaje. Y es que como dicen algunos estudiosos con una historia de amor imposible de fondo siempre se llega más al sentir y al recuerdo de la gente. Por supuesto, tampoco tuvo nunca simpatía por la realeza y su preferencia por Ricardo Corazón de León queda más que en entredicho ya que se le ubica en la época de Eduardo II. Por otro lado, también es difícil que la realeza fuera directamente contra él al no ser un rebelde político. Si que es más que lógica sus enfrentamientos con el sheriff de Nottingham, su antagonista en todas las baladas y películas. Ridley Scott intenta recuperar la pureza del personaje original pero son continuas las concesiones a un personaje demasiado encumbrado y popular para ahora desmitificarlo y darle su auténtica dimensión alejada de la del héroe del pueblo.

Nacho Gonzalo (Coronado)

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