"Al descubierto"

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La web oficial.

El argumento: En 2017 dos reporteras de The New York Times, Megan Twohey y Jodi Kantor, publicaron una investigación periodística sobre los abusos sexuales del famoso productor Harvey Weinstein que desencadenó el movimiento #MeToo en todo el mundo y rompió décadas de silencio sobre el tema de las agresiones sexuales en Hollywood.

Conviene ver: "Al descubierto" sigue los pasos de la totémica "Todos los hombres del presidente" (1976) y de la sólida "Spotlight" (2015), dos ejemplos paradigmáticos del cine que ha retratado una investigación periodística de esas que permanecen por siempre en el recuerdo de la Historia y que genera nuevas vocaciones que conciben al periodismo como contraposición del poder conectando con la esencia más pura del oficio. Maria Schrader (“Unorthodox”) sigue a las reporteras de The New York Times, Megan Twohey y Jodi Kantor, las cuales publicaron una de las historias más importantes de una generación: la que ayudó al lanzamiento del movimiento #MeToo y rompió décadas de silencio sobre el tema de las agresiones sexuales en Hollywood a partir de la punta de iceberg representada por Harvey Weinstein, cuya sombra ya había asomado en algún otro título pero que aquí se aborda de frente a la hora de mostrar su "modus operandi" acosando a trabajadoras y aspirantes a actrices con insultos y vejaciones, peticiones indecorosas y encerronas en habitaciones de hotel entre albornoces, baños y masajes a costa de sentirse inviolable y definidor del destino de muchos según la decisión de su dedo neroniano. Ritmo, pertinencia y espíritu tan divulgador como combativo a la hora de narrar el empeño de estas dos mujeres que tenían poco que perder pero sí mucho que ganar a la hora de dar voz a todas las que por miedo, presión y vergüenza habían sido silenciadas durante muchos años por una sociedad que les reprochaba más que les respaldaba si se declaraban víctimas. Rebecca Lenkiewicz se encarga del guión adaptando el libro de las periodistas que no sólo frenaron la carrera del productor más poderoso de la industria sino que también contribuyeron a cambiar la conciencia social de nuestro tiempo en lo referente a la tolerancia y valoración sobre estos modos de conducta llevados a cabo sin impunidad por los que ostentan y abusan de su poder. Una película que adopta un tono sobrio, narrativo y formalmente cuidado, sin efectismos forzados ni grandilocuencias dramáticas, sobre todo centrado en el dolor de las víctimas y en la necesidad de que su voz sea escuchada sino para perdonar sí para depurar y poder alzar la bandera a seguir para aquellas que cuando se atrevan a dar el paso se vean respaldadas al levantar la mano.

Annapurna Pictures y Plan B Entertainment se unen en un drama modélico y conmovedor, a pesar de su claro posicionamiento, no hace mella y con sobriedad y precisión nos lleva por todo ese proceso que hace que estas mujeres sigan adelante sabiéndose que no pueden cejar en su empeño justo en ese momento ya que sólo de la unión de ellas y de su valentía dependerá que esos actos no sigan perpetuándose en el tiempo. Un drama periodístico que, sin sorprender, sí que convence desde el punto de vista del reflejo de las entretelas de lo que luego fueron titulares y una nueva corriente social que ha marcado los últimos cinco años. Sin necesidad de ser incendiaria ni polémica la cinta sí que muestra ese clima en el que, a pesar de las presiones, se concluía que había llegado ya el momento de dar un paso adelante tanto en honor de las víctimas como acicate para abrir los ojos a una sociedad adormecida al respecto que, sin quererlo, en muchas ocasiones era cómplice silencioso. Valiosa desde el punto de vista histórico y social que habla más de perseverancia que de victimismo y que sobrecoge por el hecho de mostrar nuestro presente con unos mecanismos de poder que amparaban y protegían estas prácticas. Quizá sea algo plana y fría en algunos momentos, más preocupada por mantener el tono de rigurosidad que por avivar desde el punto de vista emocional, ni tenga la contundencia de los ejemplos citados a los que también se puede sumar “Los archivos del Pentágono” (2017) de Steven Spielberg, pero poco se puede achacar a una cinta medida que no tira de victimismo ni de imágenes de los hechos poniendo el foco en la investigación y en las declaraciones de las perjudicadas y que cala por su tributo a una manera de encarar el oficio lastrado habitualmente por los intereses de los grupos de poder y por la falta de financiación siendo ya una “rara avis” lo reflejado en una profesión más tendente al postureo y al “click bait” que de ejercer con esfuerzo de contrapoder sin dejar de lado el pensamiento crítico. Es por ello que donde la cinta termina de volar es tanto en la declaración de las víctimas (sobre un dolor que no abandona) como en la lucha periodística que invierte profesionalidad, medios y honestidad para sacar a la luz la verdad y hacer justicia con las víctimas frente a las presiones y enarbolando valores periodístico como el contrastar versiones y dedicar el tiempo necesario (primando más la calidad y la consistencia de la información que la prisa por ser los primeros en publicar algo) hasta ese momento final en el que hace click para que el reportaje ya sea público a ojos de todo el mundo.

Zoe Kazan y Carey Mulligan están muy bien como esas mujeres que pisan terreno fangoso en un momento de su vida en la que tienen que cumplir como profesionales y como madres, sacrificándose por una vocación mayor, así como con la responsabilidad que conforme va avanzando en la trama van imponiéndose sobre sus hombros, además de todo lo que les remueve escuchar a las víctimas, secundadas por unas estupendas Patricia Clarkson, Samantha Morton y Jennifer Ehle teniendo estas dos últimas unas breves pero definitorias apariciones que dan fuerza a la película así como el simbolismo de la presencia de Ashley Judd, verdadera víctima de las prácticas abusadoras de Harvey. Mención también a los habitualmente televisivos André Braugher, Zach Grenier y Peter Friedman en unos personajes en los que como hombres (periodísticamente, financieramente y legalmente) han contribuido (por acción u omisión a ello) y que saben que ha llegado el momento de decir basta. Un acierto el que la presencia amenazadora de Harvey Weinstein, beneficiándose de la ley del silencio y del poder sobre el que se atrincheraba gracias al dinero con el que se cerraban acuerdos extrajudiciales, abogados corporativistas, una industria de Hollywood que prefería mirar hacia otro lado y afectadas llenas de temor, sobrevuele representando su figura a través sólo de los testimonios, su amenazadora voz y un actor que en un determinado momento le representa de espaldas. “Al descubierto” es vocación, es legado y, sobre todo, un canto a la libertad de prensa y al acto de denuncia que nos da de bruces sobre el machismo y el abuso amparado a lo largo de siglos por un sistema que ahora, quizá de manera tan bienintencionada y necesaria como desaforada y dogmática, está despojándose de sus telarañas. Sólida, pertinente y emocionante de una manera orgánica y no subrayada viendo alzarse a esas víctimas despojándose poco a poco de las cadenas del reproche social y convencidas de que, al fin, su voz va a tener valor y peso para hacer justicia y dar paz tanto a las víctimas por ser escuchadas como a una sociedad pudiendo quitarse de encima a una persona infecta.

Conviene saber: Nominación a mejor actriz de reparto en los Globos de Oro 2023 y a mejor guión adaptado en los Critics’Choice Awards 2023. Una de las 10 mejores películas del año según el American Film Institute (AFI).

La crítica le da un SIETE

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