"Black dog"
La web oficial.
El argumento: En los alrededores del desierto de Gobi, en el norte de China, en los días previos al inicio de los Juegos Olímpicos de Pekín, Lang, un ex convicto, regresa a su ciudad, ahora semiderruida y casi fantasmal, en la que apenas queda ya gente. Allí se encariña con un perro negro desvalido que le acompañará en su recorrido al interior de este árido lugar que un día fue un hogar.
Conviene ver: “Black dog” en una cinta desoladora en la que pueden emerger los brotes de la amistad y la esperanza en algo tan imprevisible como la relación entre un ex convicto y un perro abandonado. El director Guan Hu nos lleva a los días previos a la celebración de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008 y sitúa su acción en la frontera del desierto de Gobi, un lugar oculto bajo la alfombra de un país que busca sacar músculo, evidenciar evolución y mostrar poderío en un momento en el que todos los ojos del mundo están puestos en él. Un escenario en el que no tienen cabida estos parias abandonados a su suerte por un sistema que no pretende acogerlos después de sus errores, fallos o mala suerte vagando como almas errantes por el desierto. Guan Hu abandona su habitual filmografía de películas de acción evasivas para apostar por una historia realista y cruda sobre el régimen del país, alejándose de lirismos y servilismos de otros cineastas, pero sin renunciar a creer en un mundo mejor sustentado en los pequeños gestos, alianzas y complicidades.
El protagonista, un hombre solitario y lacónico encarnado por Eddie Peng, vuelve a su ciudad tras cumplir condena en la cárcel durante diez años por estar relacionado con la muerte de una persona por un accidente de moto y se encuentra una ciudad arrasada por el abandono, la dejadez y la falta de expectativas. El regreso al hogar que es muy distinto del que dejó siendo un lugar del que muchos han partido y en el que se han cerrado muchos negocios. Presionado por las miradas de los demás que les estigmatizan y por unas autoridades que no le permiten libertad de movimientos, encontrará un motivo para seguir adelante cuando entre en contacto con un perro maltratado y arisco, un perro callejero del que se da una suculenta recompensa si se logra cazarlo en un momento en el que se pretenden limpiar las calles de los mismos, abandonados por los que se fueron, ante la llegada de los Juegos Olímpicos y el hecho de no encajar en la propaganda ensalzadora y próspera que se enarbola desde el gobierno. Atraído por esa posibilidad será el puente para este hijo del antiguo cuidador del zoo de la ciudad de reconocerse en ese galgo famélico y perseguido que, como él, sabe lo que es ser alguien marginado encontrando una conexión fruto de la comprensión y la empatía entre ambos. Un atisbo de humanidad a través de un vínculo imprevisto frente a una China que renuncia a sí misma tapando escándalos y escondiendo sus vergüenzas descuidando tanto a sus mayores como a aquellos que no son productivos para el sistema. Un mundo que da paso a otro pero del que este hombre y este perro no se sienten partícipes de él siendo protagonistas de una huida hacia adelante en clave de fábula melancólica en un escenario árido que no impedirá un recorrido simbólico y espiritual derivando en un viaje hipnótico y cautivador a la hora de buscar atisbos de luz entre la oscuridad asoladora fruto de las cuestionables transformaciones de la China moderna.
Una historia de miradas, silencios y soledad abordada con dureza pero también con ternura reivindicando a los olvidados y abordando la redención a través de uno mismo y del apoyo en el otro frente a un país endogámico que abraza la corrupción para sacar beneficio y que no se preocupa de los suyos quedando la arena, la chatarra y el sentimiento de derrota como lo único que parece estar presente en un lugar en el que el intento de progreso se tiñe de amargura en un país descolorido y noqueado mientras las diferencias sociales se hacen cada vez más profundas e insalvables. Una película sensible, sobria, intimista y conmovedora que partiendo de una sequedad poética hacia lo liberador, además de jugar con la narración metafórica, se mueve entre la “buddy movie”, el cine policiaco y el western contemporáneo que tira de simbolismos, silencios y espacios abiertos favoreciendo la reflexión y cultivando la humanidad en tiempos de desesperanza y desolación.
Conviene saber: Mejor película en la sección Una cierta mirada del Festival de Cannes 2024 y mejor dirección y fotografía en el Festival de Valladolid 2024.
La crítica le da un OCHO












