"La acusación"

"La acusación"

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La web oficial.

El argumento: Un profesor es acusado injustamente de conducta sexual inapropiada por una adolescente de su clase. Tiene que afrontar las acusaciones a medida que la situación se complica hasta convertirse en una espiral fuera de control.

Conviene ver: “La acusación” se adentra en ese subgénero tan efectivo para el cine francés como el de películas desarrolladas en las aulas y en las que emerge no sólo las contradicciones morales de nuestro tiempo o el contraste cultural sino también los fallos del sistema bien por falta de medios o bien por falta de interés. En este caso un joven profesor implicado en su docencia y por transmitirla a sus alumnos es victima del recurso literario del asteísmo cuando un comentario inocente dirigido a una alumna, a colación del concepto de seducción ante el estudio de la obra de Pierre de Ronsard, le hace ser el centro de una acusación de acoso sexual irrumpiendo una espiral imparable que le pondrá en el ojo del huracán tanto por unos alumnos que harán presión frente a él, unos compañeros que le dejarán de lado y una dirección del centro que prefiere mirar a otro lado y quitarse el problema de en medio. Un profesor que intentará defender su honor pero que se topará con la incomprensión, la burocracia, el temor, el odio y la rabia de los que le rodean. Una cinta que trata con valentía un tema delicado y complejo en la fina línea que hace que el sobreproteccionismo de boquilla lleve a que salten por los aires principios tan básicos de la convivencia como la presunción de inocencia pasando de la autoridad intocable de antaño a que el profesor sea sólo una presa fácil en la ratonera dañando su reputación y futuro por una falsa acusación desvelada desde el principio lo que genera mayor impotencia y desasosiego. Todo ello potenciado por los vaivenes de la adolescencia, el contraste cultural y la inmadurez social de unos padres y unos centros educativos que termina siendo víctimas del chantaje quedando arrollados y a merced del escándalo pero sin tener vías ni para ponderarlo ni para canalizarlo y, mucho menos, para intentar hacer justicia. François Civil destaca de manera notable en este viaje kafkiano que lleva de las aulas al abismo de unos tiempos en los que una presunción y una etiqueta son suficientes para arruinar la vida de cualquiera sin necesidad de que sea demostrado o rebatido ya que aunque la culpa no se manifieste la duda siempre permanece.

Una película realista que aborda un tema delicado que parte del título original de “pas de vagues”, expresión francesa que ha encabezado todo un movimiento del sector educativo en el país y que hace referencia a vivir “sin conflictos” con el fin de evitar discusiones y controversias. Un mirar hacia otro lado que no impide que este profesor y su pareja (pronto conocemos que es homosexual lo que también le hará ser víctima fácil) sufran las consecuencias de esta turba apoyada en una moralidad de postureo en la que el testimonio de las verdaderas víctimas queda devaluado por gente que se aprovecha del dolor de otros, tal y como es esa alumna que proyecta en este caso sus verdaderos problemas presionada por un hermano mayor y violento erigido como el hombre de la casa tras la muerte del padre. Una cinta que se adentra en lo que es capaz de hacer sólo la sombra de la sospecha y que muestra con aguda pertinencia un microcosmos que ya hemos visto en cintas como “La clase” (2008), “Sala de profesores” (2023) o “La tutoría” (2024) sazonada por dos ingredientes de nuestro tiempo como todo lo relacionado con el abuso de autoridad con connotación sexual, el multiculturalismo y el desgaste de unas instituciones fruto tanto de los pocos recursos como del hecho de que los profesores hayan quedado devaluados en su papel en la sociedad y que ven como su intento de implicarse y de contribuir a hacer mejor las cosas les termina pasando factura teniendo que optar por la desidia y el pragmatismo. Una cinta de puesta en escena sobria, observacional y sin efectismos que entretiene y sabe manejar de forma contenida una tensión “in crescendo” mientras hace reflexionar dejando un poso de amargura ante una realidad presente en el día a día y a la que todos nos vemos abocados como víctimas de las ambigüedades de un conflicto moral en la que se invierte la carga de la prueba sin necesidad de juicio ya que el mismo es automático rompiendo cualquier garantía procesal y derecho de defensa. No faltan preguntas pero sí respuestas y ese desconcierto generalizado y frustración imperante impregna una cinta sólida, efectiva, pertinente y desesperanzadora.

Conviene saber: Teddy Lussi-Modeste dirige y coescribe esta cinta partiendo de su experiencia personal.

La crítica le da un SIETE

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