"On falling"
La web oficial.
El argumento: Aurora es una mujer portuguesa inmigrante que trabaja en un gran almacén de Escocia. Atrapada entre los muros de su centro de trabajo y la soledad de su piso compartido, trata de resistir al aislamiento, la alienación y la charla trivial que comienzan a amenazar su consciencia de sí misma. En un entorno dominado por una economía basada en algoritmos y diseñada para mantenernos separados, "On falling" explora la lucha silenciosa y vital por encontrar sentido y conectar.
Conviene ver: "On falling" ofrece una mirada intensa, descarnada y profundamente reflexiva sobre la precariedad de la vida laboral y la alienación que impone el capitalismo contemporáneo. La película sigue a Aurora, una trabajadora de un gran almacén de distribución escocés, atrapada en una rutina mecánica y monótona que devora cada instante de su existencia: de casa al trabajo y del trabajo a casa, compartiendo un piso con varios compañeros, sin tiempo para ocio real ni espacios de intimidad. La digitalización de la comunicación, la vigilancia constante y la presión económica convierten sus días en un tiovivo silencioso de ansiedad, donde la monotonía y la escasez de recursos actúan como un freno perpetuo a cualquier atisbo de felicidad o creatividad, y cada pequeño respiro se vuelve un acto subversivo. La cinta profundiza en el impacto psicológico de esta rutina a través de episodios aparentemente triviales que adquieren una carga trágica y simbólica. Un compañero, que confiesa casualmente que su hobby es hacer la colada, se suicida días después, y la reacción contenida de Aurora, fría, silenciosa, sin dramatización, refleja cómo la empresa y sus colegas apenas perciben el vacío dejado por la pérdida. La muerte se convierte así en un recordatorio de que la vida humana tiene escaso valor frente a las estructuras económicas que priorizan la rentabilidad por encima del bienestar. Laura Carreira potencia este efecto mediante planos secuencia sobrios, largos y meditativos, y un tempo lento que obliga al espectador a experimentar el peso inalterable del día a día. Los tonos grises de la escenografía (el cielo, la ropa, las paredes del piso y del almacén) envuelven la película en una atmósfera de desolación, aislamiento y melancolía, donde incluso los gestos más mínimos adquieren resonancia emocional. Un realismo social presentado de manera austera y cruda, de forma tan fiera como delicada, y que bebe de un Ken Loach que no es casualidad que sea productor de la cinta.
A pesar de la dureza de su retrato, "On falling" es también profundamente humanista. Aurora, aunque atrapada, busca conectarse con los demás, encontrar respiros de libertad y pequeñas alegrías en gestos mínimos, en conversaciones efímeras y en momentos de juego improvisado cuando las máquinas se detienen. La película rehúye las soluciones fáciles y los finales felices: la protagonista (una estupenda Joana Santos con una contención llena de autenticidad) sigue siendo una pieza más del engranaje corporativo, un número entre tantos, pero Carreira logra transmitir la dignidad que persiste en los actos cotidianos de resistencia y en la capacidad de mantener la humanidad frente a la alienación sistemática de un control férreo y cuantitativo que define a través de la evaluación de unos algoritmos que hace que, además de estar cada vez más desconectados de nuestro entorno y de los demás, seamos prisioneros de una rueda que no para de girar y en la que si no es uno el que es partícipe de ello será otro. Un progreso avivado por el capitalismo y la apariencia del estado del bienestar arrojando una sociedad marcada por la deshumanización, la frustración y la soledad. El film destaca por su coherencia estética y su capacidad para hacer tangible la angustia de la rutina, aunque su ritmo pausado y la contención emocional de ciertos momentos pueden restar impacto dramático a algunas secuencias. No obstante, su valor reside en la honestidad con la que expone la realidad que nos lleva a los problemas de salud mental o a la explotación laboral. No edulcora la existencia, no ofrece escapismo, sino que confronta al espectador con la gris monotonía que, en muchos casos, define nuestra vida contemporánea. Entre el martilleo del reloj, los pitidos de los lectores de códigos de barras y la ausencia de contacto humano auténtico, la película se convierte en un espejo inquietante y fascinante de la alienación laboral y social, donde cada instante de atención y afecto es un pequeño acto de rebelión contra la indiferencia del sistema.
Conviene saber: La ópera prima de Laura Carreira consiguió el premio a la mejor dirección en el Festival de San Sebastián 2024.
La crítica le da un SIETE












