"The last showgirl"

"The last showgirl"

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La web oficial.

El argumento: Una experimentada bailarina debe planificar su futuro cuando su espectáculo cierra abruptamente tras una carrera de 30 años. Como bailarina de cincuenta años, se debate por saber qué hacer a continuación. Como madre, se esfuerza por reparar una tensa relación con su hija, que a menudo pasaba a un segundo plano en su vida.

Conviene ver: “The last showgirl” es un vehículo de lucimiento pero también de redención para una Pamela Anderson que, tras poner el camino para ello en el reciente documental centrado en su figura, ha podido reafirmarse como actriz en la nueva cinta de Gia Coppola ante uno de esos papeles que suponen la oportunidad de una vida y que no van muy a la zaga de los de Mickey Rourke en “El luchador” (2008) o Demi Moore en “La sustancia” (2024). Pamela Anderson conecta con mucho de sí misma dando vida a Shelley, una mujer que, tras tres décadas de carrera, padece el drama de asistir a como su modo de vida dedicado a ser bailarina está a punto de acabar cuando le comunican que el espectáculo del que ha formado parte toca a su fin. Eso le obligará no sólo a pensar en el futuro sino también a echar la vista atrás para valorar errores y poder encontrar algo para tomar impulso. Shelley ha bañado su realidad de cierta inocencia infantil, pasión por lo que hace y devoción por la gloria que le ha dado el espectáculo dentro de su nicho, pero lo que le ha supuesto una vía para sobrevivir adoptando esa visión no le servirá en un momento en el que todo en lo que ha basado su vida va a terminar. Una película humilde, sensible y naturalista que no abraza imposturas y que respira verdad en sus interpretaciones y aprovechándose de un manejo de cámara con pulso documental captando la espontaneidad de su reparto que forma un conjunto de sororidad y resiliencia frente a la mirada machista frente a la que han tenido que combatir durante años y que ahora, cuando el cuerpo sufre los estragos de la edad y los focos se apagan, invadiendo el desengaño y la melancolía, buscan redefinirse y son más que esas mujeres objeto construidas por el deseo de los hombres. Así lo hace también una Pamela Anderson que abraza el cine “indie” y utiliza como arma su serena madurez y su propia personalidad, enarbolando una curiosidad y creatividad desconocida, más allá de la explosividad de un maquillaje sexualizante y el desdén enjuiciador tanto de hombres babosos como de mujeres de crítica dañina.

“The last showgirl” es una película sencilla y honesta que, aunque por momentos da la impresión de que no aprovecha todo su potencial, faltando mayor trama y profundidad, y se pierde en alguna subtrama con poco interés como la de la relación de reproches entre la protagonista y su hija, derivando su carácter de chica soñadora al de madre irresponsable, logra crecer gracias a su corazón y a su poder para reivindicar la humanidad que hay detrás de unas mujeres cosificadas y que, tras ser encumbradas, sufren los sinsabores de la dictadura de la imagen cuando se es mujer y mayor. Una historia impregnada de tristeza por la decadencia de un mundo que queda atrás pero también de la fuerza de unas mujeres que no quieren resignarse en una ciudad de Las Vegas nocturna y deshumanizada. La cinta no sólo destaca por Pamela Anderson desarmando por su inocencia y determinación, ganándose el respeto del que nunca pareció digna pudiendo validarse como actriz a los 57 años tras ser engullida por el icono sexual de los 90 creado por “Los vigilantes de la playa”, la relación tóxica con su marido Tommy Lee con escándalo de vídeo sexual incluido y ser carne de autoparodia, sino por ese grupo de mujeres que ha establecido entre ellas una red de confianza por que sólo ellas saben lo que están pasando y lo que han tenido que vivir hasta llegar hasta allí sacrificando tiempo, familias y aspiraciones personales por tener un lugar en el que cobijarse y que, a la larga, ha terminado definiendo una vida lejanas de lo ideal, pero que no deja de ser la que han vivido y que ahora amenaza por irse por el sumidero ante los designios de los nuevos tiempos en el que la soledad y el desamparo va ganando terreno al brillo de las lentejuelas y al glamour “kitsch” sobre los movimientos de un cuerpo que frente a la evasión hedonista se erige como manifestación artística para una Shelley que se toma muy en serio su profesión.

Una cinta estimable y sincera que tiene alma y logra desarmar gracias al tono, sin necesidad de grandes mimbres argumentales, y a una fotografía granulada a 16mm que pone en primer plano el rostro de los personajes, logrando sacar la persona que sufre detrás de su coraza y que vemos en los primeros planos de una Pamela Anderson que se da de bruces con la realidad tras años refugiada en su mundo de fantasía, una Jamie Lee Curtis en un memorable y desesperado baile en la barra del casino a ritmo de Total eclipse of the heart o un Dave Bautista sorprendente que no necesita de grandes palabras para decir mucho con la desvalida mirada de su tosca figura. “The last showgirl” gana por la empatía de sus personajes y el íntimo retrato de unas personas en redefinición sobre unos rostros que atesoran el erotismo del que vivieron, la incertidumbre y resignación del presente y la esperanza en un futuro por escribir dejando frente a la amargura de la derrota una sensación de empoderamiento personal más allá del físico y de las miradas de los demás cuando lo que prevalece es lograr estar en paz con uno mismo y verse con satisfacción frente al espejo no necesitando la validación del mundo exterior. Una vía hacia la felicidad y la libertad que, al contrario de lo que se creyó durante todos esos años, no se encontraba en el escenario rebelándose a través de unas mujeres que intentan bracear para no caer en la invisibilidad a la que se les quiere condenar.

Conviene saber: Proyectada en el Festival de Toronto 2024, premio especial del Jurado al mejor reparto en el Festival de San Sebastián 2024, 2 nominaciones en los Globos de Oro 2025 a mejor actriz de drama y mejor canción, nominada al Gremio de Actores (SAG) 2025 en las categorías de actriz y actriz de reparto y nominada al Bafta 2025 a mejor actriz de reparto.

La crítica le da un SIETE

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