
Paul Newman, el centenario de la mirada cristalina
Querido primo Teo:
En el Hollywood de la década de los cincuenta Paul Newman estaba destinado a ser una réplica de fenómenos como Marlon Brando y James Dean, un cachorro más salido del taller de Lee Strasberg que le pusiera rostro a una generación desorientada tras la Segunda Guerra Mundial. A lo largo de medio siglo de carrera, Newman logró algo más sólido ya que le dio dignidad al "star system". Gracias a su tesón demostró que era mucho más que un físico. Paul Newman era guapo hasta el insulto, un tipo perfectamente esculpido que mantuvo su atractivo hasta el final y cuya mirada competía con la de Elizabeth Taylor como la más hermosa que jamás haya sido captada por una cámara, pero su capacidad para profundizar en el alma de sus personajes y su querencia por los perdedores le convirtieron en un actor de carácter.