"Finales de cine. 77 películas para recordar"

Estamos de acuerdo con los autores en que algunos les darán una colleja por escribir sobre finales de películas que no todos han visto, o que se han olvidado lo suficiente como para volver a disfrutarlos, pero no tendrían razón para criticarlos porque ningún lector está obligado, en la mayoría de los casos son finales conocidos y queda muy claro lo que es, o sea sarna con gusto… Es un conjunto de reflexiones en tono de crítica literaria de profundidad intelectual.

Título: “Finales de cine. 77 películas para recordar”

Autor: Óscar López y Pablo Vilaboy

Editorial: Alianza Editorial

Nota de la Redacción: En esta selección de películas que abarcan un siglo de cine, los autores llegan a excavar hasta niveles donde se adentran los semiólogos y los filósofos, provocando a menudo la sensación de que van más allá de lo que guionistas, actores o directores pretendían. La lectura de estos 77 finales de cine (Las77.txt) es más interesante como apoyo intelectual antes de ver o volver a ver dichas películas, que como obra informativa o curiosa. Al intelectualizar literariamente lo que asoma en las pantallas se intensifica el papel cultural del cine en su sentido más noble. También se reduce el espectro de lectores interesados por una intelectualicación que en ocasiones resulta excesiva y llega a rozar la pedantería. La decisión de comunicar las ideas en forma sencilla o compleja recuerda la vieja diferencia entre el actor que necesita convivir con un cojo para lograr una interpretación creíble, y el que se pone a cojear simplemente, entre el Actor’s Studio norteamericano y la escuela inglesa clásica, entre vivirlo o fingirlo bien. No cabe ninguna duda de que los autores han reflexionado a fondo sobre sus 77 finales, aunque al haberlo abordado de un tirón, como el que lee una novela o un ensayo, en ocasiones falta el aire.

Para quien valora el estilo de un Stendhal o un Hemingway como el modelo más apetitoso de escritura, hablar de este libro es un dilema. Los autores practican a menudo una literatura compleja, rellena de adjetivos por detrás y por delante, a veces varios al tiempo, que esfuerza hasta la fatiga. Esta exigencia con el lector reduce la capacidad de comunicación de cualquier autor, incluyendo a los de “reconocido prestigio” como el mismísimo James Joyce. Al mismo tiempo se respeta el esfuerzo de todos los que participan en la elaboración de un libro escrito desde el amor al cine, y el amor se deja sentir en cada página. El lector mejor entrenado para el submarinismo intelectual de profundidad lo disfrutará más.

Y como siempre, lo mejor es que el libro se exprese por si mismo. Seleccionamos fragmentos de dos películas muy distintas para el ejercicio de ojeo que proponemos en esta sección. Que hable el libro…

Miqueridasenorita.txt

Labellaylabestia.txt