"Nunca volverá a nevar"

"Nunca volverá a nevar"

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El argumento: Un masajista llegado del Este entra en la vida de unos ricos que viven en una comunidad cerrada. Su riqueza no impide que los residentes transmitan tristeza. Este misterioso recién llegado parece ser capaz de curar sus almas y cambiar sus vidas.

Conviene ver: “Nunca volverá a nevar” es el nuevo trabajo de la prolífica y descolocante Malgorzata Szumowska que en este caso codirige y coescribe junto a Michał Englert que también se encarga de la dirección de fotografía. Una cinta polaca sugerente, metafórica, onírica y surrealista sobre un tipo extraño que proviene de Pripyat, ciudad al lado de Chernobyl que sufrió la tragedia nuclear en 1986. Él era sólo un niño de siete años como se referencia en continuos flashbacks sobre como sufrieron la tragedia él y su madre, lidiando de adulto la broma de todos cuando le preguntan por sus orígenes y concluyen que quizás sea radiactivo. El caso es que este hombretón del Este consigue, de una manera poco ortodoxa, la licencia para ejercer de masajista convirtiéndose en uno más en un barrio residencial adinerado compuesto por casas blancas idénticas en las que habitan familias desestructuradas. Precisamente este tipo se aprovechará de la soledad y los agobios diarios que sufren estas personas para convertirse en un símbolo de la comunidad y, de paso, terminar enamoriscando a todas las madres y mujeres atraídas por su presencia y por la capacidad que tiene de evocarles lugares placenteros de su vida a través de la hipnosis.

Una sátira social con tintes de realismo mágico que en verdad termina siendo la película con mayor empaque y mejor resultado de las llevadas a cabo por la realizadora de “Amarás al prójimo” (2013), “Cuerpo (Body)” (2015), “Mug” (2018) y “The other lamb” (2019). No sólo por lo atinado de la puesta en escena, con un onirismo lynchiano nunca forzado, sino por la carga emocional que hay detrás de la fuerza de esas imágenes y de unos personajes que no necesitan ahondar en palabras para mostrar su vacío existencial propio de una aburrida vida burguesa. Desde el hierático Alec Utgoff al grupo de señoras que le rodean y que en parte recuerdan a las que asistían embobadas a las sesiones de peluquería de “Eduardo Manostijeras” (1990). Un cuento de hadas gris, críptico y deslumbrante que hace que sea difícil apartar los ojos de la pantalla en su visionado contando también con un guiño a uno de los mayores éxitos del cine europeo de lo que llevamos de siglo utilizando, en un par de momentos, la canción de “Los chicos del coro” que fue candidata al Oscar.

“Nunca volverá a nevar” tiene referencias a "Stalker" (1979) de Andréi Tarkovski o "Teorema" de Pier Paolo Pasolini pero se interpreta también como la lucha de clases en la que el extraño llega a la casa para ver la vida de éstos desde sus propios ojos, algo así como “Parásitos” (2019) que si bien terminaba siendo el reflejo del modo de vida que una familia de clase baja pensaba que merecía, aquí nos encontramos con un chico marcado por la tragedia y por pertenecer a un grupo dentro de la sociedad que en este caso, al menos, contribuye a reparar y cubrir las apariencias de estos sujetos que pertenecen a la élite, aburridos de espíritu y condición mientras lleva a cabo números de ballet por las espaciadas estancias o, simplemente, da el abrazo reparador necesario diciendo la palabra justa para desarmar a cualquiera. Una mirada a la Polonia que, como tantos otros países de nuestro entorno, sufre el desmembramiento de la clase media y que aumente la distancia entre clases sociales impidiendo la riqueza cultural que supone su coexistencia ya que mientras los obreros no se sienten merecedores de ello los otros intentan emular una pose en la vida, llevando a sus hijos a colegios franceses, mientras pasan el rato entre copas de vino, pastillas y fiestas de cumpleaños con todo el boato. Una visión poética para una difusa mezcla de géneros que se centra en una sociedad cada vez más dividida, ausente y encerrada en sí misma tanto metafóricamente como prisioneros de unas casas con todas las comodidades que les hacen estar a la espalda del mundo, tanto de nuestros vecinos como de aquellos que no identificamos como iguales que nosotros.

Conviene saber: A competición en el Festival de Venecia 2020, vista en el Festival de Toronto 2020 y representante de Polonia para el Oscar 2021 a la mejor película internacional.

La crítica le da un SIETE

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